1- Hamás es un grupo terrorista, así designado por la Unión Europea, los Estados Unidos y varios países occidentales.
En el año 2011, este grupo se vanaglorió de ser responsable del asesinato de 1365 israelíes en 1117 atentados en Israel.
Durante años han lanzado miles de cohetes y de misiles indiscriminadamente contra la población civil israelí, iniciando así tres confrontaciones con el país vecino que se han saldado con miles de muertes (la inmensa mayoría, palestinos).
2- Hamás no reconoce el derecho del pueblo judío a la autodeterminación en su tierra ancestral. Es decir, no acepta la “solución de dos estados”. Los recientes cambios cosméticos de cara a la opinión pública, en su carta fundacional, no reemplazan en modo alguno la original. Sigue sin reconocer la existencia de Israel y continúa afirmando tajantemente que “Hamas rechaza cualquier alternativa a la liberación total y completa de Palestina, desde el río hasta el mar” (es decir, Israel) y en el punto 25, aclara, por si hiciera falta:
“Resistir la ocupación con todos los medios y métodos es un derecho legítimo garantizado por las leyes divinas y por las normas y leyes internacionales. En el corazón de estos se encuentra la resistencia armada, que se considera la opción estratégica para proteger los principios y los derechos del pueblo palestino.”
3- Hamás gobierna Gaza y lo controla totalmente desde que expulsó y asesinó a sus rivales políticos en el año 2007. Israel se retiró totalmente en el año 2005. Nadie tose en Gaza sin que el grupo terrorista le de el visto bueno.
4- El “Derecho al Retorno” significa la eliminación de Israel, tal y como sus líderes explican por activa y por pasiva. La propia retórica del “derecho al retorno” supone la aniquilación de Israel como estado judío. Y así lo afirman los mismos líderes palestinos. Sahar Habash, uno de los consejeros de Yasser Arafat, lo explicó así de meridiano:
“el ‘derecho de retorno’ es la carta ganadora, que significa liquidar a Israel”.
5- Hamás viste a sus miembros de civil, ha empleado y emplea a mujeres y niños como escudos humanos para proteger a sus miembros, que, parapetados detrás, están listos para atacar. Así lo ha explicado uno de los líderes de la organización terrorista en Gaza:
“Cuando decidimos embarcarnos en estas marchas, decidimos convertir lo que nos es más querido – los cuerpos de nuestras mujeres y niños- en un muro de contención que impida la deriva muchos árabes hacia la normalización de los lazos con [Israel]”. (Yahya Sinwar, 16 de mayo de 2018, durante una entrevista televisiva)
El planteamiento es sencillo, y de rápida digestión: Israel cometió una “matanza” en la frontera con Gaza, al disparar contra un movimiento “pacífico”, que no surgió de Hamás sino de “voces independientes” en Gaza (como si en la Franja se pudiera hacer algo al margen de Hamás). Concretamente, Ahmed Abu Rteima, cuyas declaraciones son trasmitidas sin contexto alguno, de manera tal que eran convertidas en “verdad” única . Sólo así se consigue transmitir la idea de que los palestinos son pacíficos,pero“Israel quiere que seamos violentos”.
El alto cargo de Hamas Khalil al-Hayya, por su parte, dejaba bien claro quién estaba detrás de las “marchas”: Hamas. Al punto que definía los objetivos de la movilización. Y advertía:
“Avisadle a Israel que espere hasta el 15 de mayo, cuando estalle la rebelión luchadora palestina y nada la detendrá. Oleada tras oleada, hasta que nos encontremos en Jerusalén”.
El periodista del grupo Vocento, al que pertenece ABC, se aplicaba en dibujar una imagen normalizada de Hamás y, a pesar de ser considerado un grupo terrorista por Occidente, la palabra “terrorista” tan sólo se utiliza una vez para ponerla en boca de los israelíes, como si fuera una opinión subjetiva.
“Israel acusa a Hamás de utilizar las movilizaciones para intentar llevar a cabo acciones terroristas y denuncia el lanzamiento de piedras o cometas incendiarias…”
La caricaturización de la denuncia israelí deja en evidencia la voluntad de despreciar, o – en el mejor de los casos – de obviar, la versión de una de las partes del conflicto.
Porque no es que Israel acuse a Hamás de lanzar cometas incendiarias o de lanzamiento de piedras. Eso es algo que todo el mundo ha visto a través de las imágenes, vídeos y fotografías difundidas por internet al alcance de cualquiera que quiera verlo. Y no son sólo piedras, sino disparos y cocteles molotov y artefactos explosivos. Por cierto, que ciertas cometas incluían el dibujo de esvásticas de diferentes tamaños y grosores, pero con un mismo mensaje claro a los judíos. Mensaje “pacífico” según ABC.
En cualquier caso, la verdadera amenaza, que el periodista silenciaba, es el intento (alcanzado en algunas ocasiones) de Hamás de asaltar la frontera e infiltrarse en territorio israelí. Lo han intentado ya de varias maneras, incluso a través de túneles millonarios que Israel ha ido destruyendo. Tan “pacíficos” son esos túneles como los intentos de infiltrarse por tierra.
Pero el artículo decidía vender una parte de la historia, aunque esta noreflejarala realidad.Y es que pretendíahablar, o instalar la ideade “la matanza cometida por los francotiradores de Israel el lunes”.
Y para venderesta ideahabía que obviarpor completo el hecho deque la mayoría de muertos eran miembros de Hamás o Yihad Islámica, tal como lo han reconocido los propios terroristas; al igual que han explicado abiertamente, vale la pena recordarlo, que se ocultan disfrazados de civiles, detrás de mujeres y niños.
Pero ni gritando a los cuatro vientos que “no es resistencia pacífica”, ni avisando que si hablan detal cosaes sólo para “engañar al público” (Mahmoud Al-Zahhar, alto cargo del grupo terrorista), Hamás logra que sus palabrasencuentren espacio en los medios, a menos que sean aquellas destinadas a “engañar” y que, por tanto, srivan para ofrecer una imagen edulcorada de dicho grupo terrorista. Algo que ha hecho el diario español ABC.