Las redes sociales permiten seguir la noticia prácticamente a tiempo real y a través de distintas fuentes. Es tal vez uno de los modos más inmediatos y plurales para enfrentarse a los acontecimientos mundiales.
Tras 15 meses de confrontaciones prácticamente ininterrumpidas, el domingo 19 de enero de 2024 se iniciaba la tregua entre Hamás e Israel, que permitiría la liberación a cuentagotas de los secuestrados israelíes a cambio de la salida de prisión de presos palestinos y el cese de hostilidades.
Si la guerra en el campo de batalla se tomaba un respiro, la guerra ideológica en las redes sociales redoblaba su intensidad, y asistíamos a una campaña intensa por ocultar o minimizar la pena israelí, a la vez que al blanqueamiento del terrorismo palestino.
Probablemente lo más desconcertante de esa operación, que parecería diseñada por Hamás, es que no sólo contaba con la participación activa de usuarios anónimos y troles de nombres imposibles, sino que se prestaban a ella medios de comunicación, periodistas y líderes políticos rendidos a la causa.
Así, con medio mundo occidental pendiente de la liberación de las primeras secuestradas, con el impacto emocional de todo un pueblo, sin saber si estarían vivas o muertas, en qué estado volverían, etc… la otra mitad se centraba en repetir varios puntos que pudieran cambiar el foco y resignificar la noticia.
El bulo del “genocidio” salpimentaría la mayoría de los muros de dichas figuras públicas, algunos de los cuales con cierta repetición obsesiva, buscando crear una ilusión de realidad a través de la repetición ad nauseam.
Las argumentaciones se movían en torno a varios puntos reiterativos que se iniciarían desde horas antes de que la tregua se pusiera en marcha. Veamos algunos más destacables:
- Mención exclusiva al sufrimiento gazatí
En este caso, se borraba totalmente el sufrimiento israelí, sus muertos, los miles de cohetes sobre población civil y, si era posible, los secuestrados mismos. Este enfoque implicaba el no mencionar ni a Hamás, ni el terrorismo palestino, ni explicar que la guerra se inició por la salvaje invasión al sur de Israel, sus más de mil muertos, torturados y secuestrados.
Un buen ejemplo de este caso fueron los posts de la corresponsal de RTVE, o los retuits del corresponsal del grupo Vocento. No son necesariamente posteos en nombre de sus medios, pero son éstos los que les dan la relevancia y credibilidad, que después emplean para lanzar mensajes en sus redes sociales.
Aclaremos que no es un tuit en sí, sino la totalidad de la cobertura informativa. No se trata de obviar el dolor de la población civil palestina, pero es llamativo que no sea sencillo en esas cuentas encontrar referencia alguna al sufrimiento israelí.
- Fue una derrota para Israel /Israel no lo aceptó antes
Esta argumentación, si bien falsa en varios aspectos, no estaba necesariamente en boca de activistas anti israelíes, pero sí servía a estos para su insistente descrédito de Israel y sus intenciones.
En primer lugar, el acuerdo de BIden al que hacen referencia no sólo sí fue aceptado por Israel, sino que lo presentó Israel y Hamás lo rechazó.
En segundo lugar, no hace falta ser el lápiz más afilado de la cartuchera para comprender que si las situación geoestratégica en la región cambia, el plan cobra otra dimensión. Sin Assad en Siria, con Hezbollah fuera de juego y con el poderoso símbolo de la muerte de Sinwar y de la mayoría de los altos cuadros de Hamas responsables del 7 de octubre, la región cambió, ergo el impacto del acuerdo también. Nada puede ser lo mismo si la República Islámica perdió su pinza sobre Israel.
Pero por algún arte de magia mediática, en algún punto se quiso transmitir una imagen de Israel ensañado y derrotado a la vez, de modo que se cambió la noticia, y casi todos los medios y analistas siguieron la senda.
Esto fue perfectamente aprovechado por aquellos que deseaban transmitir la idea del Israel humillado y sanguinario a la vez.
Como ejemplo, la ex ministra española, Irene Montero, que muestra siempre una obsesión patológica respecto a Israel y que es epítome del empleo de la «ilusión de verdad»: poderosa arma propagandística en el que se repite sistemáticamente una misma mentira para intentar convencer a la audiencia.
- La ilusión de verdad
El ejemplo anterior de la señora Montero, nos lleva a este importante punto del activismo anti israelí. La repetición de eslóganes acusatorios lleva años intentando construir un relato “goebbelesiano”. Cada vez que la atención se centra en las víctimas judías, redoblan los ataques para relativizar el daño.
Un ejemplo que destacaba el usuario de X : @Spain4Israel
- Equiparación presos y secuestrados
Este aspecto es una derivada de los argumentos que buscan situar a un estado democrático con contrapoderes a la misma altura que un grupo terrorista islamista y totalitario. Responde a muchos años de propaganda que se basa en el borrado de los crímenes cometidos por los grupos terroristas y en poner una lupa deforme sobre cualquier acción israelí. Si bien es algo que Israel lleva sufriendo desde hace muchos años, no es un fenómeno que le sea exclusivo, ya que asistimos en todo el mundo occidental a una corriente ideológica que busca blanquear y justificar el terrorismo. En este aspecto, vemos incluso medios y agendas que cayeron en dicha equiparación:
En el caso de Clarín, quienes recibieron numerosas quejas, cabe destacar que corrigieron la mención a un intercambio de “secuestrados”, si bien mantuvieron el empleo de una de las fotos que realizó Hamás en un gesto más de sadismo, obligando a sus víctimas a sonreír a punta de pistola.
Y mientras Hamás se regodeaba en mostrar imágenes propagandísticas en las que una multitud de depravados armados rodeaban y acosaban a tres jovencitas que salían de 15 meses de secuestro, las supuestas feministas españolas hacían visible en público su apoyo a los depravados. Ni una palabra respecto al dolor de las chicas israelíes. Sin embargo, sí buscaban poner en primera línea de la noticia la liberación de una mujer palestina. No sólo ocultaban que es una de las líderes del grupo terrorista Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) sino que la definían a ella como “secuestrada”, invirtiendo los términos de la realidad.
- Desviaciones
Ante lo que iba a convertirse en evidente reclamo informativo, que era la situación de las secuestradas liberadas, hubo también un esfuerzo por desviar siempre la atención, incidir en las posibles responsabilidades israelíes ante cualquier fallo al acuerdo, y por supuesto, acusaciones a Israel de no respetarlo.
En ese sentido, El País se distinguió por su burda voluntad de insinuar que Israel rompía la tregua, confundiendo Gaza y Cisjordania y equiparando “colonos” con gobierno. Nada que ver, pero al vincularlo, ya estaba servida la idea de Israel violando la tregua.
- Humor, cegueras y silencios
También hubo burlas sobre las secuestradas y chascarrillos sobre lo bien que se las veía, así como robo de la imaginería de los secuestrados para aplicarlo a los presos juzgados. Pero ese regodeo en la miseria solía venir de parte de seguidores anónimos incitados por los perfiles supuestamente serios y responsables, que como vemos, fueron dirigiendo la atención y el odio cual agentes de tráfico informativo.
Para finalizar, resultaron llamativas algunas cegueras y silencios. ¿Por qué nadie destacó que muchos civiles palestinos participaron en la masacre 7 de octubre, llegando a secuestrar o a mantener a los secuestrados en sus casas, tal y como testificó una de las jóvenes liberadas?
Tampoco pareció llamarles la atención que durante 15 meses sólo tuviéramos imágenes de palestinos vestidos de civiles, pero en cuanto hubo que transmitir la idea de victoria, afloraran centenas de uniformados de Hamás. Por no hablar de la tozuda negativa a publicar cualquiera de los videos en los que se oye a gazatíes festejando el 7 de octubre y contando cómo lo volverán a repetir, o los gritos llamando a “matar judíos”.
Por algún motivo, los medios insisten en vender una imagen idílica, no sólo de los palestinos, sino de sus líderes y de sus presos, a pesar de que en muchos casos han cometido o están involucrados en ataques con victimas.
En palabras del abogado William Goldnadel, presidente de Abogados Sin Fronteras: «Esta noche, mi corazón está lleno de resentimiento. Los rehenes, incluidos los bebés, no han inspirado ninguna compasión en la prensa progresista. Serán liberados poco a poco, sin saber quién está vivo o muerto. Y a los civiles se les mete en el mismo saco que a los terroristas.