Cuando la aceptación de una “narrativa”, de una “ideología” – ese “mecanismo de defensa contra la información “y ese “medio para prescindir del criterio de la experiencia”, del que hablaba Jean-François Revel – se impone sobre la labor de transmitir los hechos de la manera más fielmente posible, utilizando la mayor cantidad de fuentes y voces, contrastación mediante; la audiencia se encuentra ante una forma perversa del desconocimiento: la desinformación.
El diario El País (29 de octubre de 2024) daba una bochornosa muestra de esta debacle profesional, deontológica en su crónica titulada “Israel replica en Líbano el modelo de Gaza: ambulancias y hospitales son objetivo legítimo”. Quizás sean los grupos terroristas los que replican modelo… Pero no se trata de eso, claro.
Afirmaba el medio lo que no comprobaba, lo que no probaba. Como quien repite un credo. Como quien transmite lo que no necesita más justificación que su enunciación: propaganda.
““No como “daño colateral”, sino como objetivo, con misiles dirigidos contra las ambulancias en las que acuden a atender a las víctimas de un bombardeo o directamente contra el puesto en el que hacen la guardia [y contra hospitales].”
“Son todos datos del Ministerio de Sanidad del Líbano, cuyo titular, Firas Abiad, acusó la semana pasada a Israel de llevar a cabo una campaña “deliberada y sistemática” con el objetivo de “sembrar el caos y el pánico” y “generar problemas a las autoridades””.
Del dictum se pasa a la exégesis doctrinaria – salto que no precisa ni demostración ni argumentación. La “fe” es suficiente para elaborar normas, vínculos, explicaciones: en breve, para introducir el objetivo dogmático – esto es, la demonización de Israel.
“Los datos y testimonios apuntan a que el ejército israelí ha llevado a su vecino del norte (que invadió el pasado día 1) la misma estrategia que lleva más de un año aplicando en Gaza: el tratamiento ―en vulneración de las normas de la guerra― del personal de emergencias como objetivo legítimo (bajo la acusación de que forman parte del enemigo o transportan armamento) y el señalamiento de hospitales como escondites del enemigo”.
Un día antes, precisamente, se informaba a través del Jerusalem Post, o, más bien, se reiteraba algo harto conocido que:
“Hamás utiliza los hospitales con fines terroristas, según confirmó un conductor de ambulancias del hospital Kamal Adwan de Jabalya, en el norte de la Franja de Gaza, mientras era interrogado por agentes de seguridad, según unas imágenes publicadas el lunes por las FDI”.
“«Los operativos militares de Hamás están presentes; están en los patios, en las puertas de los edificios, en las oficinas del hospital Kamal Adwan», declaró el conductor. «Conducen ambulancias para transportar a sus operativos militares heridos, y para transportarlos para sus misiones, y esto en lugar de utilizar las ambulancias en beneficio de los civiles»”.
Además, según indicaba el Newsweek (28/10/2024), un portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel dijo que las FDI “han estado operando en el Líbano en el último mes contra Hezbolá, una organización terrorista, cuyo modus operandi es esconderse e incrustarse entre la población civil y su infraestructura [túneles incluidos]. Como se ha demostrado en el pasado, Hezbolá explota ambulancias y otras infraestructuras médicas para actividades terroristas y se incrusta en la población civil”. Y añadía que “las IDF operan contra la organización terrorista Hezbolá, y no contra la población libanesa o el personal médico”.
Amén del ministerio libanés de sanidad, la fuente del diario español era Hussein Fakih, “responsable en la región de Nabatiye de la defensa civil estatal”. Es su voz la que autoriza al medio establecer la generalización “no como “daño colateral”, sino como objetivo”. Es el mismo que el 23 de este mes aparecía citado – de manera menos extensa – por la cadena estadounidense CBS aseverando que Israel ataca deliberadamente a las ambulancias.
Israel, como voz, aparece para ser desestimada, como pie para la acusación. Una y otra vez Israel es presentado como… como el judío de los prejuicios, engañoso, con pretensiones de “usar a los periodistas para obtener información de inteligencia”, de matar indiscriminadamente, como un grupo terrorista.
Tanto texto para tan poco contenido…