No es extraño que al mal olor se lo disimule con algún perfume o con una oportuna corriente de aire. En el periodismo, o eso que finge serlo, cada vez es más común que se oculte (se censure) el terrorismo de corte islamista detrás de una historia personal.
Eso hacía Noticias de Navarra el 24 de septiembre de 2024. Y de la manera más brutal y burda posible: convertía el 7 de octubre, es decir, el masivo y genocida ataque de Hamás contra Israel, las violaciones sistemáticas, los asesinatos, las torturas, las amputaciones y secuestros en… la tragedia de Gaza. Sí.
El “ambientador” para tapar el aroma de la operación de propaganda pro islamista era un recurso manido: una historia individual, dramática, de una niña. Y es que, como explicaba Paul Slovic en su trabajo “If I look at the mass I will never act”: Psychic numbing and genocide:
“La mayoría de las personas son solidarias y se esforzarán por rescatar a «aquel» cuya situación de necesidad les llame la atención. Sin embargo, estas mismas buenas personas suelen mostrarse insensiblemente indiferentes ante la difícil situación de «aquel» que es «uno de tantos» con un problema mucho mayor”.
Esto es, se explota la compasión individual para anular ya no aquella que despierten otras víctimas, sino directamente la cualidad de víctimas de los israelíes. Y es que, siguiendo con Slovic, cuando se trata de provocar compasión, la víctima individual identificada, con cara y nombre, no tiene parangón. Historias vívidas de víctimas individuales, “traídas a través de una cobertura de noticias implacable, valiente e íntima, ciertamente desata[n] una oleada de compasión y ayuda humanitaria de todo el mundo”.
Así, el texto decía que desde el 7 de octubre la Franja de Gaza ha sufrido inmensamente. Que la niña. Sólo se mencionaba como de pasada – rebajado, obviado en definitiva – lo que había ocurrido ese 7 de octubre, que había iniciado la guerra: “A apenas trece días del aniversario de los ataques de Hamás su latido [el de la niña que padece una cardiopatía] nos conmueve sin que veamos luz en el futuro que le esperan a niños y niñas como ella”.
Los niños israelíes, borrados. Los secuestrados por Hamás, borrados. Los israelíes asesinados, borrados. La responsabilidad de Hamás, borrada.
Uno estaría tentado a recordar la obra de George Orwell. Pero es tan rastrero y evidente el texto de Noticias de Navarra, que sería insinuar un nivel que no tiene. La bajeza es lo que tiene, sólo es comparable consigo mismo, con la chatura en la que se iguala con otras en esa persistencia de fondo de cubo de la basura.