A raíz de los informes de varias ONGs acusando a Israel de ser un estado de apartheid, múltiples fueron los artículos informativos y de opinión que pudieron leerse en los medios de habla hispana. La campaña bien orquestada anti israelí ocupó no pocos titulares, y apenas ninguno de los textos al respecto destacaron el profundo sesgo de esas organizaciones y los evidentes errores en sus presentaciones.
Lo llamativo es que si bien los medios corrieron a dar pábulo al libelo anti israelí, porque entendemos que creyeron que tenía relevancia informativa, ahora que la Asamblea Nacional francesa rechazó por mayoría aplastante una resolución que pretendía etiquetar a Israel como estado de apartheid, esos mismos medios quedaron mudos.
El jueves 4 de mayo, la Asamblea Nacional rechazó por 199 votos contra 71, la propuesta de resolución del partido comunista que condenaba “la institucionalización por Israel de un régimen de apartheid”.
Así describía el diario francés Le Monde, las respuestas y el debate que dicha propuesta despertaron:
“”Comprendo su legítimo deseo de sacar de la indiferencia la cuestión del conflicto israelo-palestino”, respondió Jérôme Guedj (Partido Socialista), rechazando sin embargo el término “apartheid”, y criticándole por “racializar y esencializar” un “conflicto territorial”, transformándolo en un “conflicto entre judíos y árabes”. Los socialistas anunciaron que presentarían su propia resolución sobre el tema en los próximos días.
El resto de la Asamblea también votó en contra, y la presidenta del grupo Renaissance, Aurore Bergé, denunció un “gesto de detestación del Estado de Israel”, “ofensa” y “difamación” y fustigó una “obsesión” contra Israel. “Francia es amiga de Israel”, declaró después Laurence Boone, Secretaria de Estado para Europa, que calificó la palabra “apartheid” de “ampliamente excesiva e inapropiada”.
“Hoy en día, el antisemitismo está principalmente en la izquierda”, dijo Meyer Habib, miembro del grupo Les Républicains y cercano al Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu. Son “insultos profundos” y “ataques difamatorios que nos alejan de un camino de paz”, dijo Elsa Faucillon, del Partido Comunista Francés, al final de la tensa sesión. “Antisemitismo, lo vomitamos, lo odiamos”, dijo el “insoumis” Aymeric Caron.”
La pregunta que se puede plantear cualquier lector, es por qué lo medios son tan prestos a la hora de informar sin demasiado rigor profesional acerca de cualquier acusación contra Israel, pero son tan reticentes cuando los hechos apuntan a lo contrario, o como mínimo, invitan a matizar.