¿Por qué la muerte de un preso palestino en huelga de hambre puede incendiar Oriente Próximo? Se preguntaba El Periódico en sus páginas de internacional, en una pieza firmada desde Beirut por su corresponsal en Líbano, Andrea López-Tomàs.
El texto, que no presentaba una explicación israelí (al margen de algún exabrupto radical), tan sólo se acercaba ligeramente para desmentirla o ponerla en duda como una suposición. Así, en la cumbre de la desinformación y el partidismo, la periodista afirmaba que:
“Más de 100 palestinos han sido asesinados en la Cisjordania ocupada por el Ejército israelí en lo que va de año, a la vez que 19 israelís han muerto en ataques supuestamente perpetrados por palestinos”.
Más allá de la interesante elección del verbo “asesinar” para describir la muerte de más de cien palestinos, en su mayoría durante enfrentamientos armados o cometiendo atentados, desataca que El Periódico diga que los israelíes murieron en ataques “supuestamente” perpetrados por palestinos. No son “supuestos”. La práctica totalidad de esos muertos israelíes (aquí sí “asesinados” puesto que hubo voluntad de ello) eran civiles, incluyendo niños que cometieron el gran crimen de estar esperando el autobús cuando fueron atropellados. Y no hay duda de quiénes son los autores de los atentados.
A menos que la periodista tenga informes secretos que apunten hacia alguna red de finlandeses o algo así, la totalidad de los atentados fueron cometidos por palestinos. Pero El Periódico pone en duda que los palestinos presos cómplices de grupos terroristas sean un peligro, más allá de la visión israelí, al igual que oculta que esos grupos terroristas no lo son sólo para Israel, sino también para el mundo occidental, incluida la Unión Europea.
“Israelve a los reos palestinos como Adnan comoamenazas a la seguridadacusados de participar en ataques o conspiraciones mortales”.
“Los grupos considerados terroristas por Israel han respondido que este es el “precio a pagar” por el Estado hebreo”.
Y es curioso que el medio intente quitarle contundencia a ese hecho a la vez que reivindica la figura de los presos palestinos, esos mismos que cometen los atentados o los apoyan, abriendo con un épico párrafo:
“Son miles de personas sin poder moverse, pero son capaces de provocar el levantamiento de un pueblo entero. Los centenares de presos palestinos que languidecen en cárceles israelís son un elemento clave de la sociedad palestina. La población los ve como héroes nacionales, actores a los que proteger a toda costa”.
Y si la apertura dibuja un heroico cuadro, el último párrafo ofrece otra gloriosa descripción:
“Después de uno de losRamadanes más tensos en años, lapoblación palestinatrata de responder con las pocas armas de las que dispone”.
El Periódico lo oculta, pero atentados, atropellamientos mortales, armas de fuego, cuchillos y cohetes, no son “pocas armas”.
Es llamativa una oda al terrorismo en un medio “supuestamente” informativo.