Algo de todo esto podía encontrarse en la crónica del diario español El Correo del 4 de abril de 2021 (Israel e Irán extienden su guerra sucia’ al mar).
Ya en el segundo párrafo se encontraba el primer ruido:
Dos semanas después se produjo justo la situación inversa cuando un proyectil impactó en el carguero iraní ‘Shahr e Kord’ cuando navegaba a una distancia de 50 kilómetros de la costa de Israel. Ali Ghiasian, portavoz de la Compañía Naviera de Irán, lo calificó de «acto terrorista» e informó de que el buque pudo seguir su ruta hacia España tras arreglar los problemas causados por la explosión. Netanyahu no habló sobre este incidente, pero consultado por su relación con Irán insistió en que «es el mayor enemigo de Israel y estoy decidido a detenerlo. Le estamos golpeando en toda la región».
En realidad, Netanyanhu hizo esas declaraciones a raíz del ataque (el 26 de febrero de 2021) al buque MV Helios Ray, propiedad de una empresa israelí, según dieron cuenta el 1 de marzo de 2021 las agencias Associated Press y Reuters.
Es decir, Netanyahu no se refería al incidente posterior (el del Shahar e Kord) mencionado en la crónica. Pero, vinculándolo a este suceso, el medio parecía querer dar a entender que se trataba de una suerte de admisión (previa al hecho – “consultado” antes del mismo…) por parte del mandatario israelí de la acusación de Teherán respecto de la autoría del mismo.
Es más, según la agencia Reuters informaba ese 1 de marzo, y a raíz de que Israel señalara a Irán como responsable del ataque contra el MV Helios Ray, que el Ministerio de Exteriores iraní, en conferencia de prensa, declaró que el régimen sionista [Israel] sabe muy bien que nuestra respuesta a nuestros problemas de seguridad y nuestras zonas de seguridad es siempre firme y precisa. Llamativo que esta declaración fuera obviada en el texto de El Correo.
En el artículo de este diario se afirmaba, por otra parte, que:
[El] periódico estadounidense [New York Times] tuvo acceso a fuentes de Inteligencia de Israel y Estados Unidos que confirmaron que desde 2019, comandos israelíes han atacado al menos diez barcos cargueros de Irán. La mayoría de las embarcaciones llevaban petróleo a Siria y dos, entre ellas el ‘Shahr e Kord’, estarían cargadas de armas para el régimen de Bashar el-Asad, según estas mismas fuentes.
En realidad, sutil diferencia, el texto del New York Times al que hacía referencia, decía:
Most of the ships were carrying fuel from Iran to its ally Syria, and two carried military equipment, according to an American official and two senior Israeli officials. An American official and an Israeli official said the Shahr e Kord was carrying military equipment toward Syria.
La mayoría de los barcos transportaban combustible de Irán a su aliado Siria, y dos llevaban equipo militar, de acuerdo con un funcionario americano y dos altos funcionarios israelíes. Un funcionario americano y un funcionario israelí dijeron que Shahar e Kord transportaba equipo militar a Siria.
Según el diario que citaban, sus fuentes no tenían dudas respecto a que el Shahar e Kord transportaba armamento. ¿Por qué el medio español precisaría la introducción del condicional? ¿Por el mismo motivo por el cual evitaba ciertas declaraciones y, a otras, como se explicaba más arriba, las proponía como una especie de confesión de culpa?
Por lo demás, el artículo del diario estadounidense señalaba que:
Israel ha intentado contrarrestar el juego de poder de Irán lanzando regularmente ataques aéreos contra los envíos iraníes por tierra y aire de armas y otros cargamentos a Siria y Líbano. Esos ataques han hecho que esas rutas sean más arriesgadas y han desplazado al menos una parte del tránsito de armas, y del conflicto, al mar, según los analistas.
Mientras tanto, el medio español decía que el diario estadounidense The Wall Street Journal, citando también fuentes estadounidenses e israelíes de seguridad, reveló que el Estado judío ha recurrido a armas como las minas marinas para frenar los barcos petroleros del enemigo en el Mar Rojo y Mediterráneo con dirección a Siria porque teme que los beneficios del petróleo se destinen a financiar grupos extremistas en Oriente Medio’.
Presumiblemente, se trataba del artículo del WSJ que citaba el texto del New York Times. De ser efectivamente así, se trata de un curioso resumen el realizado por El Correo. Porque la crónica en cuestión se enfocaba en cuestiones más importantes, como, entre otras cosas, que Irán ha continuado su comercio de petróleo con Siria, enviando millones de barriles, contraviniendo las sanciones de Estados Unidos contra Irán y las sanciones internacionales contra Siria, o que estos cargamentos están controlados por funcionarios de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní, y que el propósito de las operaciones iraníes es eludir las sanciones tanto a Irán y Siria para financiar a estos Cuerpos.