Israel es, para la gran mayoría de los medios en español, un lugar que sólo interesa si pueden mostrar conflicto y opresión del pueblo palestino Independientemente de los hechos y la actualidad.
Un gran ejemplo de esa ceguera selectiva nos lo ofrecía la cadena estatal Radio Nacional de España (RNE). Con la excusa de las elecciones en Israel, invitó a Yehuda Shaul, fundador de la ONG Breaking the Silence para hablar de ocupación. Las elecciones apenas se mencionaban para dar paso a la entrevista.
El título elegido ya alertaba de aquello a lo que se exponía el oyente: ofrecer una pieza de propaganda, sesgo informativo y complicidad mediática.
Yehuda Shaul, como es lógico, fiel a su discurso, se presentaba como un patriota y no dejaba pasar dos frases sin hablar de ocupación y asentamientos. Coherente con su agenda.
Pero lo sorprendente desde un punto de vista periodístico era la actitud del entrevistador. La complicidad con el invitado era absoluta, hasta el punto de no preguntar nada que pudiera contextualizarlo a él o a la organización que representa.
Porque existen serias dudas, más que razonables, respecto a la credibilidad de Breaking the Silence. Se trata de una organización que suele presentar informes basados en testimonios anónimos y en ausencia de pruebas documentales. Y, si bien asegura que su finalidad es abrir o alimentar un debate interno (en Israel), no sólo recibe sustanciales fondos del exterior, sino que presenta sus informes u opiniones en foros internacionales que invariablemente retratan muy negativamente a Israel.
El entrevistador y el entrevistado dan a entender durante el programa que las críticas que han recibido (eso sí, no mencionan ni una en concreto) son orquestadas por el gobierno Netanyahu. Eso es falso.
Las críticas Breaking the Silence han llegado desde muchísimos sectores israelíes.
En el año 2016, el programa Hamakor del Canal 10 israelí, publicó un informe fruto de una investigación sobre Breaking The Silence que destapaba la poca fiabilidad de las fuentes y de los testimonios.
40% de los testimonios no se pudieron verificar
20% de los testimonios fueron exageraciones
20% de los testimonios fueron falsos
20% de los testimonios fueron comprobados
Pero en RNE no se preguntó absolutamente nada acerca de esto.
Articulistas en medios como Haaretz (abiertamente enfrentado a la línea de Netanyahu), Times of Israel, o autores relevantes como Ben Dror Yemini han criticado Breaking The Silence. Basándose en hechos y datos concretos.
Incluso otros soldados israelíes lanzaron una campaña contrarrestando los testimonios de Breaking The Silence.
Pero en RNE no había espacio para ellos.
Otro importante logro de Yehuda Shaul, que suele invitar a periodistas a mostrar su personal visión del conflicto, fue cuando acusó a rabinos israelíes de haber envenenado los pozos palestinos. Un libelo con mayúsculas, que evidentemente jamás pudo ser comprobado.
Tampoco había espacio para esto en RNE.
Pero la cumbre del cinismo y la manipulación llegaba cuando el entrevistador, tras mencionar que el gobierno israelí criticaba a Breaking The Silence, preguntaba por qué cualquier crítica se hace pasar por antisemitismo.
Este argumento pretende anular la capacidad de análisis del israelí, negando así el derecho de los judíos/israelíes a denunciar el antisemitismo; rasgo que se está convirtiendo en otro cásico judeófobo.
No faltaba en la entrevista el absurdo argumento de por qué 5 millones de palestinos no votan en las elecciones israelíes. Evidentemente no votan porque no son israelíes. Igual que los daneses no votan en Suecia. El problema es que, tras esa pregunta falaz, el entrevistado está abogando por la absorción de 5 millones de árabes palestinos a la sociedad israelí, es decir, el fin de Israel como Estado judío.
Pero nadie preguntó al respecto, porque en RNE sólo había que hablar de ocupación y asentamientos y apartheid, mencionado hasta la saciedad por el entrevistado, para que calara el mensaje, y promover una imagen demoníaca y distorsionada de Israel.
Parece que lo que no tiene cabida en RNE, es el periodismo.