Pocos, si es que algún medio, recuerdan este suceso. Para qué, si no mencionan siquiera los hechos ocurridos mucho más recientemente, y que tienen como ejecutores a palestinos.
Mucho menos, pues, habrán de recordar el papel del presidente (¿vitalicio?) de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en dicho atentado.
Según refería CAMERA, un artículo de la revista Sports Illustrated de 2002 sobre el cerebro de la operación terrorista, Mohammed Daoud Oudeh (alias Abu Daoud), se señalaba que Daoud Oudeh reconoció abiertamente su papel en dicho ataque, tanto en sus memorias – “Palestina: De Jerusalén a Múnich” -, como en una entrevista con la cadena árabe Al-Yazeera.
Además, la revista exponía el papel de Mahmoud Abbas:
“Si bien no sabía en qué se estaba gastando el dinero, el veterano dirigente de Fatah, Mahmoud Abbas (alias Abu Mazen), fue responsable de la financiación del ataque de Múnich. Abu Mazen no pudo ser contactado para que comentara sobre la acusación de Abu Daoud. Luego de Oslo, en 1993, Abu Mazen fue al Rose Garden de la Casa Rosada para la sesión de fotos con Arafat [alias Abu Ammar], el presidente Bill Clinton y los israelíes Yitzhak Rabin y Shimon Peres. ‘¿Usted cree que ello… hubiese sido posible si los israelíes hubiesen sabido que Abu Mazen fue quien financió nuestra operación?’, escribió Abu Daoud. ‘Lo dudo’”.
Pero lejos de ofenderse o enfadarse con Abu Daoud, Abbas lo siguió teniendo en estima. En muy alta estima. Al menos eso es lo que trasluce de las condolencias que envió con motivo de la muerte de Mohammed Daoud Oudeh, en 2010, tal como se informara en los medios palestinos. Por ejemplo, así lo hacía el diario oficial de la Autoridad Palestina, el Al-Hayat Al-Jadida, el 4 de julio de 2010:
“El presidente Mahmoud envió ayer un telegrama de condolencias por el fallecimiento del gran luchador Mohammed Daoud Oudeh, ‘Abu Daud’, que murió justo antes de alcanzar los 70 años. El telegrama de condolencias decía: ‘El difunto era uno de los líderes prominentes del movimiento Fatah y vivió una vida colmada de lucha, de devoto esfuerzo; y el enorme sacrificio del fallecido por el legítimo problema de su pueblo, en muchas esferas. Estuvo en la vanguardia de cada campo de batalla, con el objetivo de defender la revolución [palestina]. Qué maravilloso hermano, compañero, duro y testarudo luchador incansable‘”.
A fin de cuentas, Abbas llegó a decir, en 2005, en la televisión oficial de la Autoridad Palestina:
“Exijo [la liberación de los] presos porque ellos también son seres humanos, que hicieron lo que nosotros, nosotros, les ordenamos que hicieran. Nosotros, la Autoridad [Palestina]”.
“Esto es la guerra. Uno (es decir, Israel) ordenó que un soldado matara, yo ordené que mi hijo, hermano, u otros, realizara el deber de resistencia [eufemismo de terrorismo].”
En definitiva, otra oportunidad más que tiene la prensa para callar los crímenes y la incitación llevados a adelante por los líderes palestinos.
Una oportunidad más para que muchos medios pongan en evidencia su involucramiento en el conflicto, no como informadores, sino como parte activa; es decir, habiendo tomado partido por una de las partes y actuando (y silenciando) ‘en consecuencia’ – una suerte de mecanismo de reformulación de la realidad y/o de olvido.
Pero, como decía el gran poeta Edmond Jabés:
“… también eres, ahí donde nada vela, el olvido hecho de cenizas de espejo”.