Vez tras vez, los medios (a una amplísima mayoría de ellos), se aboca a silenciar todos aquellos sucesos que menoscaben dicha imagen ideal (o que pudieran hacerlo). Una censura en toda regla.
Así pues, no es de extrañar que una crónica publicada por la agencia palestina de noticias Ma’an el 9 de julio de 2017, que daba cuenta de una protesta de periodistas palestinos frente a las oficinas del Primer Ministro en Ramallah, el sábado, instando a la Autoridad Palestina, en Cisjordania, y al grupo terrorista Hamas, en Gaza, a liberar a todos los periodistas presos.
Esta información ensucia el personaje que los medios han creado para el lector: un palestino “víctima” – “incapaz de maldad, de error” – de esa “máquina opresora” que es Israel.
Además, la agencia palestina señalaba que:
“Faris Sarafandi, miembro del Sindicato Palestino de Periodistas, recalcó el papel vital que los periodistas palestinos juegan en la transmisión de la narrativa palestina al mundo…”.