En 2010, cuando una “flotilla” organizada y fletada por una organización turca (IHH) con el fin de “romper” el bloqueo marítimo israelí legal a Gaza, controlada por el grupo terrorista Hamas, fue abordada por la marina del Estado judío – ejerciendo su derecho a hacerlo cumplir, tal como señaló la comisión Palmer de la ONU -, los medios reaccionaron con la histeria propia del mal actor que cree que exagerando sus falencias éstas pasarán inadvertidas: puro activismo, omisión, fabricación de hechos y legislaciones; todo lo posible para que se oyera alto y fuerte el grito de “Israel violador de los derechos humanos”.
Mas, IHH no era entonces una organización desconocida. Ya en 2006, el Dansk Institut for Internationale Studier publicó un informe titulado The Role of Islamic Charities in International Terrorist Recruitment and Financing. En este informe se concluyó que varias organizaciones islamistas de caridad, incluyendo IHH, además de hacer caridad, “son pretextos para apoyar a Al Qaeda”. Es decir, para apoyar al terrorismo.
El documento indicaba que un informe de la inteligencia francesa reveló que el presidente de IHH, Bulent Yildrim conspiró directamente, a mediados de los años 1990, para “reclutar soldados veteranos anticipándose a la llegada de la guerra santa [jihad]”.
A su vez, el informe danés sostenía que IHH también tiene estrechos vínculos con el grupo terrorista palestino Hamas y que pertenece a la organización Ittilaf Al-Khayr, o Unión del Bien (UOG en inglés), fundada por líderes de Hamás en el año 2000 y designada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como organización terrorista.
Además, un año después de aquella “flotilla humanitaria”, en 2011, IHH fue declarada organización terrorista en Holanda. En tanto, en julio de 2010 Alemania ilegalizó a la filial alemana de dicha organización por “luchar contra el derecho de Israel a existir”. Dicha decisión fue respaldada en 2012 por una corte federal alemana, por encontrar que dicha organización contribuía con fondos para Hamas.
De todo esto, los medios, nada de nada. Estaban ocupados desplegando el histrionismo de sus “activistas”.
Por ello, era de esperar la reacción de hoy ante una noticia que viene a sumar más evidencias sobre las actividades de la organización turca: silencio atroz.
Un silencio que viene demostrar, aún más, el bochornoso posicionamiento de los medios de comunicación ante Israel.
Según informaba el diario israelí Jerusalem Post hoy, 21 de marzo de 2017, en la Agencia de Seguridad de Israel anunció el arresto del Coordinador para Gaza de la Agencia de Desarrollo y Cooperación turca (TÝKA) por financiar – engañando a la mencionada agencia – al “brazo armado” del grupo terrorista Hamas en Gaza.
Pero además, la Agencia de Seguridad israelí puso al descubierto “que la Fundación de Ayuda Humanitaria turca IHH ayudó a financiar directamente las actividades del ‘brazo armado’ de Hamas”. Según el medio israelí, la investigación reveló que Mehmet Kaya, coordinador de la oficina de IHH en Gaza, le entregó dinero en efectivo proveniente de Turquía a los líderes de Hamas, Ismail Haniyeh y Raad Saad, destinado para el “brazo armado” de Hamas.
En un comunicado, la Agencia israelí señalaba:
“El dinero trasferido por IHH al ‘brazo armado’ de Hamas fue utilizado, entre otras cosas, para construir instalaciones para entrenar a comandos navales de Hamas, así como también para adquirir equipamiento y armamento. Durante años, IHH metódicamente transfirió fondos de esta manera al ‘brazo armado’ de Hamas, para ser utilizado en su fortalecimiento ‘militar’”.
En el “cuentito” que los medios le cuentan a los lectores, Israel es un “lobo malo” y los palestinos, “caperucitas buenas e inocentes”; sin matices. Y todos a dormir el sueño del odio hacia el Estado que, da la casualidad, es el único judío…