Tal como informaba el diario Times of Israel, Abu Hassan, un estudiante de ingeniería civil en la Universidad intentó atentar con una bomba en el tranvía de Jerusalén, el pasado mes de julio.
Abu Hassan mencionó los motivos que lo habían movidoa atentar: no eran ni la “opresión”, ni la “frustración”, ni la “ocupación”. Los motivos eran enteramente otros. Repetía los que los líderes palestinos no paran de decirle a su gente, en árabe: Abu Hassan hacía aquello para “vengarse por las visitas de turistas y judíos israelíes” al Monte del Templo; lugar más sagrado del judaísmo.
La motivación es religiosa, porque el conflicto es visto por los palestinos como religioso – no es territorial, nada de eso -.
¿Que no lo dicen los líderes palestinos?
Lo dijo alto y claro Ismael Haniyeh, uno de los líderes del grupo terrorista Hamas, en su discurso durante un mitin el 19 de enero de 2016:
“Esta intifada no es el resultado de la desesperación. Esta intifada es una yihad, una guerra santa de los palestinos contra la ocupación sionista. Sólo una guerra santa expulsará al ocupante de Palestina”.
En tanto que Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina y líder de Fatah, declaró (palabras emitidas, además, 19 veces por la televisión de la Autoridad Palestina entre el 17 y el 19 de octubre de 2014) que:
“Hay personas realizando el ‘Ribat‘ (conflicto religioso / guerra sobre tierra que ser reclama como islámica). Todos debemos llevar a cabo el ‘Ribat’ en Al-Aqsa [mezquita]. No es suficiente decir: ‘los colonos han llegado [a la mezquita]’. Han venido, y no deben venir al Santuario (es decir, Monte del templo). Tenemos que evitar, de cualquier modo, que entren en el santuario. Este es nuestro Santuario…”.
“De cualquier modo”… Y así, ni más ni menos, lo interpretó Abu Hassan, quien, según la investigación policial llevada a cabo, investigó cómo hacer una bomba de tubo que “causara el mayor y más efectivo daño”.
Pero no sólo con palabras – de esas que, en realidad, no se lleva el viento en esta era de redes sociales – confirman el carácter religioso del conflicto. La constitución , o carta de Fatah, de 2009, dice:
“Liberar Palestina y proteger sus lugares sagrados es una obligación árabe, religiosa y humana” (Art. 9)
El artículo 11 de la Carta fundacional del grupo terrorista Hamas lo deja bien en claro:
“El Movimiento de Resistencia Islámica considera que la tierra de Palestina es un Waqf islámico consagrado a las futuras generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio. Ni a ella, ni ninguna parte de ella… se puede renunciar… Esta es la ley que rige para la tierra de Palestina en la sharía (ley) islámica, e igualmente para todo territorio que los musulmanes hayan conquistado por la fuerza, porque en los tiempos de las conquistas (islámicas) los musulmanes consagraron aquellos territorios a las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio…”.
Y en la mezquita también, claro. En lade Al-Aqsa, el clérigo palestino jeque Khaled Al-Maghrabi dijo, según informó el Middle East Media Research Institute (subido a internet el 27 de octubre de 2015):
“En un abrir y cerrar de ojos y con una sola palabra, Alá es capaz de aniquilar a los judíos en todo el mundo, hasta el último. Pero, ¿qué quiere Alá?Quiereque actuemos para llevar a cabo su orden. Nos preguntamos: ¿qué debemos hacer para implementar la orden de Alá? Lo más importante que podemos hacer para implementar la orden de Alá… Y esto es algo que existe en la mezquita Al-Aqsa… Decimos que la ribat [conflicto religioso / guerra sobre tierra que ser reclama como islámica] en la mezquita Al-Aqsa es la misión más importante que puede ser llevada cabo por una persona elegida por Alá para ser del pueblo de Al-Aqsa”.
“Aniquilar judíos”… “La orden de Alá”…
Los niños no se salvan de esta retórica. Al contrario, son abrumados con ella a través de la televisión oficial de la Autoridad Palestina, de Festivales oficiales y en escuelas. Por ejemplo, en el programa semanal infantil El mejor hogar, de la televisión palestina, emitido el 22 de marzo de 2013, una niña recita un poema que dice:
“Los enemigos de Alá, los hijos de los cerdos [los judíos, en la tradición islámica] Destruyeron y arrancaron los olivos e higueras Asesinaron a los niños con armas de fuego, como las serpientes Cortaron sus extremidades con piedras y cuchillos Violaron a las mujeres en los parques de la ciudad Ultrajaron el libro de Alá [el Corán] ante millones ¿Dónde está la nación del Islam? ¿Dónde están la nación del Islam y la Jihad? ¿Dónde está el temor de Alá en Jerusalén, que ha sido profanado por los sionistas?”
El presentador:
“Bravo, aplausos, aplausos, aplausos a Hadeel”.