La consigna parece ser: “Titula por un lado, que ya la crónica irá por el suyo”. Consigna, claro está, siempre que ese titular señale con eldedo (o la palabra) acusador a Israel, y que los hechos sean (o se presenten como) un contencioso de versiones.
Si hay duda: la culpa es de Israel (claro que si no la hay, más de una vez, se implanta la sospecha).
Pues bien, al meollo del sesgo. El 23 de septiembre, el diario español El Periódico titulaba una crónica sobre la muerte de una joven palestina en un puesto de control, de la siguiente manera:
“Unas fotos desmontan la versión israelí sobre la muerte a tiros de una palestina de 18 años”
Y debajo destacaba que “el militar asegura que la mujer intentó apuñalarle mientras que otros testigos cuentan murió por negarse a quitarse el velo”.
Las fotos que publicaba el diario, para ilustrar su crónica, no desmontaban nada. Mostraban instantes que difícilmente expliquen nada. Instantes sin sonido. Instantes elegidos.
De hecho, el diario
El Mundo refería que las fotos fueron distribuidas por la organización palestina “Jóvenes contra los asentamientos”, es decir, por una organización activista con una clara postura ideológica. Pero eso,
El Periódico lo silenciaba – acaso porque era otro elemento para desmontar su propio titular; para evidenciar su sesgo.
Una parcialidad que queda aún más en evidencia cuando el medio elige un “tuit” de un artista (¿cuál era la relevancia de esa opinión?) que reside, según indica su
cuenta de
Twitter, en Amán, Jordania, acusando a Israel de “asesinato” y “terrorismo”.
Al fin y al cabo, El Periódico terminaba diciendo (suscribiendo) que:
“Un total de 24 palestinos han sido asesinados por militares israelís durante este año, según cifras de la ONU”.
Asesinar es matar con premeditación y alevosía. Esa es la imagen que el diario español impone entre sus lectores: Israel actúa premeditadamente; ergo, no existe una amenaza, sino que mata primero e inventa una excusa después. En consecuencia, los palestinos son “pacíficas víctimas” de un “siniestro victimario”.
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Arbitrariedad dentro de la arbitrariedad
“La noche del lunes, otro joven palestino, Diyaa Abdul-Halim Talamah [perteneciente al grupo terrorista Yihad Islámica – según el propio grupo], también murió a manos de las fuerzas israelís a las afueras de Hebrón. Según los soldados implicados en su muerte, Talamah tenía la intención de lanzar un artefacto explosivo contra un vehículo militar [cuando éste le explotó en la mano]”, iba cerrando el artículo el diario español
Mensaje a los lectores: “La versión contraria – venga de donde venga – a la sostenida por Israel es siempre la verdadera”. Es decir, el “hecho es” frente a “Israel dice” – ergo, “Israel miente”.
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Las fotos no desmontaban nada. En cambio, el titular y la crónica (la elección tendenciosa de palabras y fuentes, de ilustraciones; la omisión de ataques palestinos, de las víctimas israelíes/judías, la validación de las versiones palestinas – y la invalidación de la israelí) evidenciaban la postura tomada por El Periódico respecto de Israel y el conflicto palestino-israelí.
