Para comenzar, si unos 800.000 desplazados árabes a raíz de la guerra de 1948, iniciada por estados árabes contra Israel, propició la creación de una agencia de refugiados exclusiva (UNRWA), ¿los 4.100.000 sirios que huyeron de su país (más los 7.600.000 desplazados intermanente) ameritarán la creación de una agencia propia?
Y, de crearse tal agencia, ¿también buscaría perpetuar la condición de refugiados de los sirios?
Es decir, si la UNRWA convirtió a alrededor de 800.000 refugiados en unos 5 millones, la agencia siria, ¿convertirá a los 11.7 millones – realizando un breve cálculo de regla de tres simple -, en unos 56 años, en unos 73.125.000 refugiados?
Es decir, ¿se intentará por todos los medios perpetuar (y, a ser posible, aumentar) el conflicto?
¿Y en Yemen?
¿En Irak?
Por otro lado, ¿cómo es que, aún ahora, de manera generalizada, se continúa silenciando o maquillando a buena parte de los responsables, junto al régimen de Al Assad, del conflicto sirio – y de otros en Medio Oriente?
Entre ellos, el grupo terrortista Hezbollah (proxy o herramienta iraní) como aliado de Assad; los rusos aportando armamento y cubriéndole las espaldas en la ONU; las monarquías del Golfo financiando y apoyando a los opositores al régimen. Y, también Turquía, que ha aprovechado la coyuntura para, con la excusa de combatir al Estado Islámico, bombardear a los kurdos.
¿Acaso mencionarlos como responsables directos disminuye la “narrativa” que falsea la relevancia de Israel en la convulsa situación de Medio Oriente?