Según recogía el diario, un informe presentado por cuarenta y seis agencias humanitarias denuncia que siete meses después del final de los bombardeos no se ha reconstruido ni una sola de las 19.000 viviendas destruidas, 100.000 personas aún están sin hogar y muchos viven en campamentos provisionales o escuelas. Silenciando el hecho de que el conflicto comenzó a raíz del ataque masivo e indiscriminado por parte de Hamas contra Israel (250 cohetes en las tres semanas previas a la operación Margen Protector – 450 desde principios de año).
En el texto, diario parecía apuntar principalmente, como causas de la parálisis en la reconstrucción, al bloqueo israelí y a que apenas han desembolsado el 26,8 por ciento del [dinero] prometido para la reconstrucción.
¿Y qué se ha hecho con ese 26.8 por ciento? Esta es una interesante pregunta que no se formulaba en la crónica. Este porcentaje representa 938 millones de dólares ¿Ni una sola vivienda se ha reconstruido con ese dinero? ¿Por qué?
Finalmente, en el tercer y último párrafo, el texto señalaba:
Desde el ministerio de Vivienda, el viceministro, Naji Yusuf, asegura que el material de construcción que ha entrado desde el final de la ofensiva es el mismo que antes entraba en apenas diez días. Controlan cada saco de cemento y así es imposible avanzar’.
Y, recién en las últimas tres líneas, el medio indicaba que:
La parálisis en la superficie contrasta con el ritmo en la reparación de túneles por parte de las milicias palestinas que desde la firma del alto el fuego nos estamos preparando para la próxima guerra’, según fuentes de Yihad Islámica consultadas en Gaza.
¿Esto no es relevante como para ocupar un lugar más preponderante en la crónica? ¿Por qué se priorizan, en su lugar, lasdenuncias – sin evidencia que las sostenga –que apuntan a Israel?
Así, pues:
1. El medio no recurre a fuente israelí alguna para contrastar el ritmo de entrada de material; y la cantidad que ingresa, desde el Estado judío, a la Franja de Gaza
Según la Coordinadora Gubernamental israelí de Actividades en los Territorios (COGAT), en enero de 2015 ingresaron a la Franja de Gaza, desde Israel, 15.205 toneladas de material de construcción (50.000 toneladas en lo que va de año 4 meses).
ABC no proporcionaba cifra alguna; sólo la declaración de un viceministro de un territorio controlado por el grupo terrorista Hamas así considerado, entre otros, por Estados Unidos y la Unión Europea.
Sumado a esto, en diciembre de 2014 el diario Algemeiner daba cuenta de que un periodista palestino había publicado un su cuenta de Twitter una imagen de cemento importado a Gaza bajo los auspicios de la ONU, siendo vendido en el mercado negro.
Este medio, además, indicaba que gran parte del cemento estaba siendo desviado por Hamas hacia la construcción de túneles. Pero esto, para el ABC, no es de importancia. A tal punto carece de importancia, que se contentan con la explicación de un funcionario de Hamas, y no hacen siquiera el esfuerzo de plantearse que el cemento que se utiliza en los túneles es, precisamente, el que está faltando para la reconstrucción de hogares
2. Precisamente, y como se indicara más arriba, si bien mencionaba que el ritmo de reconstrucción de túneles, en cambio, es elevado, en preparación para una próxima confrontación con Israel, lo relegaba a un lugar secundario en la llamada pirámide invertida periodística. ¿Cómo es que esto resulta de tan poca importancia para explicar las causas de, por un lado, los problemas para reconstruir viviendas en la Franja y, por otro, las restricciones a la entrada de materiales de construcción? ¿Es este un hecho anecdótico; casi una nota de color, digna de ser relegada al fondo de la crónica? ¿O todo, en última instancia, es responsabilidad israelí? Al menos, esa parece ser la idea que parece ofrecerle al lector el artículo que, a su vez, no presenta ni un solo dato contrastado, ni una sola cifra, sólo dichos y un informe de 46 organizaciones. Acaso sea más una cuestión de fe, que de hechos
3. En ningún momento se menciona el bloqueo que implementa Egipto, país que comparte límite con Gaza por el sur. ¿No podría ingresar material también por esa zona fronteriza?
4. Tampoco se hacía referencia a los enfrentamientos entre la Autoridad Palestina (Fatah) y Hamas como causa de los problemas en los esfuerzos de reconstrucción.
En este sentido, el periodista Khaled Abu Toameh informaba el 22 de febrero de 2015 que:
El Secretario General de la Liga Árabe, Nabil Elarabi, dijo el domingo que la disputa entre Hamas y la Autoridad Palestina estaba dificultando los esfuerzos para reconstruir la franja de Gaza.
¿Qué se disputan?
El propio Toameh lo explicaba en otro artículo anterior (septiembre de 2014):
Fatah acusó a Hamas de “dilapidar” 700 millones de dólares de ayuda financiera destinada a las víctimas palestinas de la guerra. Fatah quiere asegurarse de que los millones de dólares destinados a la franja de Gaza pasen por sus manos y no terminen en las cuentas bancarias de Hamas. Pero depender de Fatah en este sentido, es como pedirle a un gato que cuide la leche.
El artículo, puesto a omitir, obviaba mencionar otro punto relevante: según explicaba el Middle East Media Research Institute (MEMRI), Hamas también se está rearmando – el instituto decía que los altos cargos de Hamas incluso se jactan de que sus fábricas [de cohetes] están produciendo sin descanso.
¿De dónde provienen esos fondos? Y, en relación a esta crónica de ABC, más importante aún, ¿no podrían destinarse para la reconstrucción de la Franja?