Es llamativo cómo, en el caso de los conflictos en los que interviene Israel, los medios informan “muerto a muerto”, y cómo en el caso de, por ejemplo, Siria e Irak, se cuentan por decenas o centenares anónimos diarios. ¿Por qué será? ¿Por qué no conocemos sus nombres, sus historias?
Sólo por mencionar dos ejemplos, el diario español El Mundo ofrecía las siguientes cifras el 18 de julio de 2014:
“Hasta el momento, en los ataques de este jueves han muerto un adulto y cinco niños, tres en Gaza y de la misma familia, un bébe y uno en Jan Yunis, una de las zonas más castigadas del sur junto a Rafah, en la frontera de Egipto, que a esta hora también son bombardeadas.
[…]
Con estas muertes, son ya 237 los palestinos fallecidos en los diez días de ofensiva israelí sobre Gaza…”.
En tanto que la BBC Mundo, que difería levente, el 17 de julio publicaba que:
“Desde el 8 de julio, cuando empezaron las operaciones militares aéreas israelíes en la zona, fuentes médicas han informado de la muerte de 258 palestinos -la mayoría civiles- de acuerdo con organizaciones no gubernamentales que trabajan allí.
En ese mismo tiempo Hamas ha disparado 1.330 cohetes, según indica el conteo de las fuerza de seguridad israelíes, que han causado la muerte a un ciudadano israelí”.
Hasta el número de cohetes disparados… ¿Conocerán el número de cohetes y misiles lanzados en el transcurso de la guerra civil siria? ¿Y en Irak?
Pero, ¿por qué será que los muertos en Siria e Irak, por continuar con el ejemplo, son una sumatoria de víctimas anónimas?
¿Porque unos muertos no interesan?
¿Porque unos conflictos no se cubren masivamente y con tanto interés?
¿Por todo esto a la vez?
¿Por nada de esto? Pero entonces, ¿por qué?
¿Porque en un conflicto el número de bajas es “moderado” respecto de los otros? ¿Porque en uno de los conflictos una de las partes hace lo posible por evitar las bajas civiles?
Según publicó MEMRI, el 9 de julio de 2014 la televisión de la Autoridad Palestina emitió una entrevista con el representante palestino frente al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Ibrahim Khreisheh. Durante el transcurso de la misma, Khreisheh le dijo a la presentadora:
“Por favor, tenga en cuenta que mucha de nuestra gente en Gaza apareció en la televisión y dijo que el ejército israelí advirtió que evacuen sus hogares antes del bombardeo. En tal caso, si alguien es asesinado, la ley lo considera un error en lugar de una matanza intencional, ya que [los israelíes] siguieron los procedimientos legales. En cuanto a los misiles que lanzaron desde nuestro lado… Nunca advertimos sobre dónde estos misiles están a punto de caer, o sobre las operaciones que llevamos a cabo”.
En tanto que el 15 de julio, el diario Jerusalem Post daba cuenta de las palabras del moderador de un popular programa de Al-Jazeera, Faisal al-Qassem:
“¿Por qué no aprenden [el Ejército sirio] del Ejército israelí, que intenta, a través de grandes esfuerzos, evitar bombardear áreas pobladas por civiles en el Líbano y Palestina?”
“¿Nunca escucharon [el Ejército Sirio] hablar de los principios y de la moral de la guerra urbana? ¿Acaso el Ejército sirio no atacó áreas civiles a pesar del hecho de que no había combatientes presentes allí?”
“El Ejército israelí, si hubiese querido romper una manifestación, habría utilizado cañones de agua o balas de goma, no cohetes o barriles explosivos con sucede hoy en Aleppo”.
Esto explicaría, sí, el bajo número de muertos en un conflicto respecto de los otros (Siria, Irak), y la “facilidad” para contar los muertos e identificarlos. Aún así, no explicaría por qué el periodismo aborda este conflicto como si fuera más sangriento que los otros. ¿Por qué las historias personales se reservan a las víctimas palestinas – siempre y cuando lo sean a causa de las acciones israelíes, a diferencia de las provocadas en Siria?
Una vez más, ¿por qué será?