El último día de la visita a Israel, el Sumo Pontífice visitará el Monte del Templo acompañado por el Gran Muftí de Jerusalén, Muhammad Hussein.
Cuando los corresponsales y enviados especiales de cuenta de dicho encuentro, ¿le informarán al lector lo que opina el Muftí sobre los judíos y los israelíes?
O, como ya viene siendo habitual, ¿acallará la realidad para imponer otra distinta donde maniqueamente se crea un malvado y un bonachón inocente?
¿Elegirán la profesionalidad o el activismo al que tantos periodistas se inclinan cuando escriben sobre Medio Oriente?
La organización Palestinian Media Watch (PMW) publicaba en 2012 un discurso pronunciado por el Muftí (transmitido latelevisión de la Autoridad Palestinael 9 de enero de 2012):
“La moderna revolución de la historia del pueblo palestino. De hecho, Palestina toda es una revolución desde que [el Califa] Omar vino [a conquistar Jerusalén, 637 de la era común], que se continúa hoy y continuará hasta el fin de los días.
La hora [de la resurrección] no vendrá hasta que luchéis con los judíos. Los judíos se esconderán detrás de piedras o árboles. Entonces las piedras o árboles llamarán: ‘Oh, musulmán, sirviente de Alá, aquí detrás de mí hay un judío, ven y mátalo’.
[…]Esa es la Palestina de la que estamos hablando, con el comienzo de la Yihad y la continuación de la Yihad, con la lucha y la procesión de los mártires”.
“Las almas de los nobles mártires nos envuelven, y sus alamas nos dicen que sigamos su camino”.
Muy explícito: el camino es asesinar a civiles israelíes.
En tanto, en junio de 2010, en un sermón en la mezquita de Al-Aqsa el Muftí llamó a los judíos “enemigos de Alá” que “incluso se han desviado de su humanidad”.
Entonces, los periodistas, ¿se desviarán de su labor profesional o les explicarán a sus lectores quién es el interlocutor del Papa que lo guía por el lugar más sagrado del judaísmo?
Y no se preguntarán cómo es que el Muftí es quien guía al Papa por el lugar más sagrado del judaísmo. ¿Le contarán al lector qué hay debajo de la llamada “Explanada de las mezquitas”?
¿Les comentarán a los lectores que Jerusalén ni siquiera es mencionada una sola vez en el Corán?
¿Se interrogarán sobre la negación palestina de la historia judía en conexión con la ciudad a partir de 1967?