Bajo el titular Científicos suizos confirman la posibilidad de que Arafat muriese envenenado, el diario El País transformaba una no-noticia en supuesto material informativo.
No son los expertos independientes de la revista los que dan amparo a la tesis del envenenamiento, sino que es el mismo equipo que trabajó para Al Yazira con el beneplácito de Suha, la viuda de Arafat el que amplía sus conclusiones y las pone negro sobre blanco. El artículo, titulado Mejora de la investigación forense del envenenamiento por polonio, lleva la firma de ocho científicos suizos, encabezados por el doctor François Bochud, el mismo que constató por primera vez la presencia de polonio en las pertenencias del que fuera presidente de la Autoridad Nacional Palestina.
Es decir, no es un equipo independiente, sino exactamente las mismas personas y organizaciones que habían asegurado que habían constatado presencia de polonio en las pertenencias de Arafat.
Entonces, ¿es esto algo nuevo?
También responde a esta cuestiónla misma crónicapublicada por El País:
Todo eso estaba ya en su estudio inicial para la televisión, aunque ahora se explica con más detalle. Más que nuevas conclusiones, The Lancet publica un resumen del caso. Los expertos recuerdan en la revista que aún están siendo investigados los tejidos tomados en la tumba. Las conclusiones finales se esperan en breve, añade Al Yazira. En Lausana por ahora no dan plazo alguno.
O sea: nada nuevo.
De hecho, el Instituto Radioquímico de Lausanne (CHUV), al que se encargó la investigación emitió un comunicado desmintiendo categóricamente que hubieran llegado a ninguna conclusión:
Este artículo se basa exclusivamente en los análisis llevados a cabo entre febrero de 2012 y junio de 2012. Los resultados de estos análisis son del verano de 2012, un comunicado de la CHUV y en particular el Instituto de Radiofísica certificó que no era posible en ese momento llegar a la conclusión de que se hubiera producido envenenamiento por polonio.
El artículo publicado en The Lancet se centra en la primera serie de pruebas, que es un punto de vista científico sobre los elementos publicados en junio de 2012; el envenenamiento no se menciona más que como una posibilidad y ciertamente no como una certeza.
Tras la primera serie de análisis, y la exhumación de Yasser Arafat, se lanzó una nueva serie de investigaciones. El proceso sigue en curso.
Ninguna novedad.
La coartada de que el medio The Lancet publicó antes esa no-noticia no es justificación para que El País se haga eco. Tal vez una simple llamada al Instituto Radioquímico de Lausanne habría bastado para confirmar que no se trataba de una verdadera noticia, sino de ruido mediático.
Llama la atención la celeridad en publicar esta supuesta noticia sin siquiera contrastarla, y el silencio respecto a hechos que preocupan a los analistas, como el asesinato de tres israelíes en tres semanas y las heridas sufridas por una niña de nueve años a manos de un francotirador. El País no ha hecho mención alguna.
Se supone que el saber seleccionar y corroborar la información forma parte del prestigio de un diario. En este caso, El País ha estado a la altura de un blog anti-israelí.
Ironías del destino, un día después científicos rusos descartaban que Yassir Arafat hubiera sido envenenado. Tampoco era un resultado definitivo, pero apuntaba en otra dirección.
¿Se hizo eco El País?
No. Se ve que la información no tiene tanta gracia si no sirve para confirmar la supuesta maldad de los israelíes.