El diario mexicano El Universal publicó un artículo – de la agencia de noticias alemana DPA (Deutsche Presse-Agentur) – el 28 de septiembre de 2013 titulado “Gaza, atrapada entre Israel y Egipto”, en el que destacaba que “con la caída del presidente Mursi, el grupo palestino Hamas perdió a su principal protector”.
E indicaba que:
“… junto con Israel, los militares egipcios mantienen acorralado a Hamas, perteneciente a la misma corriente que los Hermanos Musulmanes. Para los 1.7 millones de habitantes de la Franja, la situación es ahora más penosa, si cabe.
[…]
‘El ejército egipcio ya destruyó el 90% de los túneles de contrabando’, lamenta el portavoz del Ministerio de Economía de Hamas, Tarek Lubbad. Algo que le viene de perlas a Israel, ya que así queda cerrado el principal cauce de armas hacia el enclave palestino.
El Cairo asegura que lo hace por motivos de seguridad, para frenar la llegada desde Gaza de combatientes susceptibles de participar en ataques islamistas en la península del Sinaí.
Pero a través de los túneles no sólo llegaban combatientes y armas, sino también mercancía de uso cotidiano, como combustible barato y material de construcción. Las consecuencias para los palestinos de la Franja son palpables”.
Es decir que Hamas, por obra y gracia del periodismo parcia,l se convierte simplemente en un “grupo palestino” – en lugar de un grupo terrorista que dirige sus ataques, de manera prioritaria, contra la población civil israelí -; que las armas que llegaban al “enclave palestino” son sólo eso, armas que llegan pero que no se utilizan contra las ciudades israelíes; son, en definitiva, una abstracción.
Mas, ¿de qué armas se trata?
La analista de CAMERA, Ricki Hollander, relataba, en un artículo del 28 de noviembre de 2012, que:
“El New York Times describió el contrabando, desde Irán a Gaza, de misiles de largo alcance, citando fuentes de seguridad israelí: cohetes iraníes de largo alcance Fajr-5 son enviados desde Irán a Sudán, conducidos a través de Egipto, desmontados y transportados a través de túneles entre el Sinaí y Gaza… y reensamblados localmente con la ayuda de expertos técnicos iraníes.
Ibrahim Menai, un palestino que posee varios túneles de contrabando entre el Sinaí y Gaza, fue entrevistado por la CNN, ha confirmando que misiles Grad, misiles antiaéreos y avanzados misiles antitanque son contrabandeados directamente a través de estos túneles, mientras que los misiles Fajr-5– con un alcance de 75 km – son ‘probablemente ocultados entre otras mercancías que se cargan en camiones que recorren los grandes túneles’ de Egipto”.
Además, de pronto, según lo que se desprende de la crónica, el contrabando, cuando se trata de Gaza, se convierte en algo necesario, una actividad casi romántica, a partir de la cual todos los habitantes de la Franja se ven favorecidos ante el “vil acorralamiento” egipcio-israelí.
Pero, ¿es así?
No.
Bloomberg Businessweek explicaba en un artículo del 31 de enero de 2013, que:
“Ahora los contrabandistas dicen que su importancia está disminuyendo: El acceso a productos israelíes está mejorando, y el gobierno ha comenzado Gaza regular los túneles, socavando los beneficios.
[…]
Emad Shaaer ha estado el negocio de los túneles desde la década de 1990… Durante casi dos décadas, Shaaer posee siete túneles, el beneficio de los cuales le compró dos fincas, una espléndida casa vacaciones y tres coches.
[…]
El dinero ganado por Shaaer varía. ‘A veces obtienes 200.000 dólares, y a veces nada’, dice. Todo depende del mercado: Cuarenta y cuatro kilos de C4 – un explosivo utilizado para impulsar los cohetes de fabricación casera – una vez le reportaron…unos 20.000 dólares . ‘Aquellos que tenían un túnel en esa época [1994 – 1999] se hicieron ricos’, dice Shaaer.
[…]
Propietarios y los trabajadores [de los túneles] dicen que completar un túnel de 700 metros de largo cuesta entre 150.000 y 250.000 dólares. La mayoría de los propietarios de túneles pagan alrededor de 50.000 dólares por adelantado para la compra de y para adquirir la madera y el cemento necesario para alinear el túnel. A los obreros y expertos en la construcción de túneles por lo general se les paga con los beneficios de los primeros envíos a venir a través del túnel”.
Es decir, que hay unos pocos gazatíes que obtienen pingües beneficios del contrabando. Vaya noticia… Es lo que tiene, justamente, el contrabando.
El diario mexicano proseguía señalando que:
“Las esperanzas de los habitantes de Gaza están puestas ahora, paradójicamente, en su enemigo, Israel. Y es que mientras los egipcios cierran sus fronteras, los israelíes están volviendo a relajar el férreo bloqueo impuesto a la Franja desde la llegada de Hamas al poder, en 2007.
El domingo pasado se permitió de nuevo cruzar a la Franja material de construcción para uso privado. Además, una nueva conducto de agua potable permitirá duplicar hasta los diez millones de metros cúbicos la cantidad anual de agua que llega a la zona”.
Antes que nada, ¿quién, sino el grupo terrorista Hamas, es responsable de la situación que viven los ciudadanos de la Franja de Gaza, debido a sus ataques con cohetes y misiles contra Israel? Pero las culpas apuntan siempre a un mismo sujeto: Israel.
Además, ¿es una novedad que Israel envíe bienes a Gaza?
Por ejemplo, el 27 de junio de 2013, el blog del Ejército de Defensa de Israel, informaba que en la semana del 17 al 23 de junio, 1.238 camiones, cargados con 32.401 toneladas deproductos ingresaron, desde Israel, a la Franja de Gaza.
La agencia de noticias Reuters, por su parte, informaba el 17 de septiembre de 2013 que Israel “comenzó a relajar el bloqueo en 2010 y permitió que agencias de ayuda internacionales importaran materiales de construcción. Relajó aún más las restricciones a fines del año pasado”.
Y dicho bloqueo, ¿es “gratuito”, un “pérfido capricho” israelí?
Según el Ejército de Defensa de Israel:
“Desde la desconexión de la Franja de Gaza en 2005, los terroristas han lanzado más de 8000 cohetes hacia Israel. Más de un millón de israelíes vive actualmente bajo la amenaza de los ataques con cohetes.
Más de medio millón de israelíes tiene menos de 60 segundos para encontrar refugio luego de que se lanza un ataque con cohetes desde Gaza hacia Israel. La mayoría de los cohetes lanzados desde Gaza son capaces de alcanzar las ciudades más grandes del sur de Israel”.
¿Cómo pueden estos hechos estar ausentes de una crónica sobre los túneles de contrabando de Gaza? ¿Es un dato menor, sin relación alguna con la noticia?
Pero la cereza del postre de la arbitrariedad periodística más rampante se guardaba para el final:
“Abbas no es precisamente apreciado por Israel, pero en colaboración con el régimen sionista ha logrado convertir Cisjordania en una isla de estabilidad en medio del siempre caótico Cercano Oriente”.
¿El “régimen sionista”?
¿Quién escribió ese párrafo? ¿La DPA, el gobierno iraní o El Universal?
¿El gobierno israelí es un “régimen”? Es decir, ¿es una dictadura, un gobierno ilegítimo, una imposición ilegal?
Una vez, más, ¿lo escribió la DPA?
Las evidencias indican que no, que fue El Universal el que realizó el cambio.
El mensuario alemán Islamische Zeitung (Periódico Islámico) publicaba la misma crónica de la DPA en lengua alemana. El párrafo en cuestión decía:
“Abbas ist in Israel nicht unbedingt beliebt, aber er hat das Westjordanland in enger Zusammenarbeit mit Israel zu einer Insel der Stabilität in einem immer chaotischeren Nahen Osten gemacht”.
Traducido:
“Abbas no es precisamente popular Israel, pero en estrecha colaboración con Israel ha logrado convertir Cisjordania en una isla de estabilidad en medio del siempre caótico Medio Oriente”
¿Quién en El Universal trocó Israel por “régimen sionista”? ¿Por qué?
No es una cuestión menor, sino un hecho sumamente grave, donde la labor periodística y la ética profesional son dejadas de lado a favor del posicionamiento ideológico y de la deslegitimación del Estado de Israel.
¿Qué responderá El Universal al respecto? Porque la gravedad del hecho no admite silencio, disimulo o excusa alguna, sino una respuesta clara y una corrección urgente.
Mientras tanto, el lector, surca las intempestivas aguas de la desinformación y la concomitante ignorancia.