El 1 de abril de 2013, el Boletín Oficial del Estado informaba de la decisión del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación español de abrir un consulado honorario en Gaza. La nota oficial justificaba la decisión “por la posibilidad de reforzar la presencia del Consulado General de España en Jerusalén en esa zona.”
Esta iniciativa del ministro de asuntos exteriores español, José Manuel García-Margallo, se ha visto con recelos por parte Israel quien, según Europa Press, “teme que la apertura de un consulado honorario de España en Gaza suponga contactos con Hamás”.El gobierno español, por su parte, aducía:
“Tras subrayar que la acreditación pertinente del cónsul honorario se solicita a la Autoridad Palestina, no a Hamás, el portavoz [del Ministerio de Exteriores] aseguró que la decisión de abrir la oficina “no tiene dimensión política ni simbolismo alguno”.”
Sin embargo, resulta extraña esa aseveración. Más cuando la nota oficial especifica que:
“El Jefe de la Oficina Consular Honoraria tendrá, de conformidad con el Artículo 9 del Convenio de Viena sobre relaciones consulares de 24 de abril de 1963, categoría de Cónsul Honorario.”
Precisamente según el punto 1 del Artículo 4 de esa misma Convención de Viena, que regula las bases de las relaciones diplomáticas:
“No se podrá establecer una oficina consular en el territorio del Estado receptor sin su consentimiento.”
Dejando de lado la primera irregularidad (nada insignificante) de que ni Gaza, ni Palestina son un Estado, ¿hay que recordarle al Ministerio de Exteriores que la Autoridad Palestina no gobierna en Gaza? La Franja está dominada por el grupo Hamas. Cualquiera que conozca la realidad de la Franja de Gaza sabe que es prácticamente imposible llevar a cabo ninguna empresa sin el beneplácito de Hamas. Es Hamas quien debe dar el consentimiento. ¿Cómo dará el consentimiento Hamas, si supuestamente no van a tratar con ellos?
1- Recordemos quién es Hamas:
– Grupo terrorista
Hamás está considerado como un grupo terrorista no sólo por Israel o los Estados Unidos, sino también por la Unión Europea (a la que, recordemos, España pertenece). Hamás misma se vanagloria de haber asesinado a 1365 israelíes en 1117 atentados en Israel y del lanzamiento de 11.039 misiles y cohetes Qassam contra población civil en el sur del país.
– Ilegítimamente en el poder
Hamás ganó el poder legislativo en las urnas, sin embargo, se hicieron con el control absoluto de la Franja en el año 2007 tras un golpe de estado en el que asesinaron y expulsaron a los miembros del partido rival, Fatah. No ha vuelto a haber elecciones en Gaza que legitimen a Hamás.
– No reconoce la legalidad internacional
Hamás no reconoce la existencia de Israel, no acepta los acuerdos palestino-israelíes ya firmados y se niega a renunciar a la violencia, tal y cómo le viene pidiendo la comunidad internacional.
– Tiene una finalidad destructiva
La carta fundacional de Hamás, la que le da una razón de ser, pide la destrucción de Israel:
“Preámbulo: Israel existirá y continuará existiendo hasta que el islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado”
Y aboga por la aniquilación de los judíos:
“Artículo 7: “No vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: ‘¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás mío, ¡ven y mátalo!'””
– Gobierna y discrimina con puño de hierro
Con respecto a su propio pueblo, Hamás discrimina a las mujeres, a los gays y a otras religiones. No permite la libertad de prensa. Persigue, tortura y asesina a los opositores políticos y a todo aquel a quien considera enemigo, hace glorificación del martirio y enseña el odio a los niños, incluso en guarderías.
¿Y aquí piensa situar su consulado España?
2- Legitimación de un grupo terrorista
Por mucho que el ministro asegure que no se trata de una legitimación, ¿hasta qué punto no supone la apertura de un consulado español un reconocimiento de facto del gobierno de Hamas?
Aunque España no lo pretenda, ¿cómo evitarán que Hamas lo venda como un símbolo de su aceptación internacional?
Por otra parte, ¿ha pensado el Ministerio de Exteriores los riesgos a los que se expone al abrir dicho consulado? ¿Qué sucedería si, en una nueva confrontación entre Hamás e Israel, el cónsul honorario o el consulado resultaran afectados? Algo así sucedió con el cónsul francés en Gaza colocando en una difícil situación diplomática a Francia.
3- Prioridades diplomáticas
Tal vez todas estas cuestiones hayan sido tenidas en cuenta por el ejecutivo español, que habría considerado que merece la pena correr el riesgo por el alto número de españoles en la Franja de Gaza que se beneficiaría de la apertura de un consulado. Según el Ministerio son “medio centenar”.
¿Pero no resulta ligeramente desproporcionada la medida? Si unas 50 personas justifican la iniciativa del gobierno español, ¿podemos entender entonces que pronto se abrirán consulados en todas las ciudades que tengan más de 50 españoles?