La agencia de noticias Europa Press publicó el 15 de noviembre de 2012 un artículo en el que reproducía las palabras Jaled Meshaal, líder del grupo terrorista Hamas:
El enemigo israelí es débil. Matar a nuestros líderes sólo nos hace más fuertes’, ha afirmado Meshaal, en un discurso pronunciado durante en una cumbre de líderes islamistas celebrada en la capital de Sudán, Jartum, después de que las Fuerzas de Defensa israelíes mataran el miércoles al líder de la brigada Ezedim al Qasan, Ahmed Jabari, el brazo armado deHamás.
En realidad, no se informa de nada que no se sepa ya sobre Hamas, su dialéctica y su modus operandi. Ellos mismos lo manifiestan en su carta fundacional:
Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo elimine, tal como eliminó a otros antes. (Introducción)
Meshaalrealizaba dichas declaraciones nada menos que desde Jartum, donde en septiembre de 1967, ocho países árabes concluían una reunión con una resolución: no a la paz con Israel, no al reconocimiento del Estado de Israel, no a las negociaciones con Israel.
Más allá de este dato anecdótico, ¿no sería apropiado contextualizar estas declaraciones? Aclarar quién esel que habla, a qué organización pertenece y lo que persigue dicha organización. ¿Reproducirían sin más las declaraciones de un miembro de la cúpula de ETA amenazando al pueblo español sin contextualización? Si la respuesta es no, ¿por qué en este caso se cruza esa línea?
Parece ser que para la agencia, no es ni apropiado ni necesario trazar un límite:
Meshaal ha dejado claro que Hamás continuará con la resistencia’ y la yihad’ y ha pedido unidad a las distintas facciones palestinas para hacer frente a Israel… y ha hecho hincapié en que ‘Israel y todas las fuerzas oscuras del mundo nunca conseguirán detener al pueblo palestino’.
Sería muy apropiado aclarar el significado de yihad, ya que una organización terrorista declara su intención de continuar (este verbo indica algo que ya se ha iniciado y que se prolonga en el tiempo; con lo cual, los sucesos presentes suponen una motivación relativa o, simplemente, una justificación retroactiva) en ese camino.
El libro Essential Islam: A Comprehensive Guide to Belief and Practice, de Diana Morgan, explica:
Los académicos musulmanes y no musulmanes concuerdan en que el término yihad tiene dos significados legítimos: esfuerzo espiritual interno y lucha física externa contra los enemigos del Islam.
Morgan también indica que muchos académicos occidentales (y algunos musulmanes) creen que la yihad externa precede históricamente a la interna y que retiene su importancia primigenia.
La Carta Fundacional de Hamas, por otra parte, en su artículo 15 advierte:
El día que los enemigos usurpan parte de la tierra musulmana, se convierte la Yihad en la obligación individual de todo musulmán.
En tanto, el artículo 13 reza:
Las iniciativas [de paz], y las llamadas soluciones pacíficas y conferencias internacionales contradicen los principios del Movimiento de Resistencia Islámica (…) Estas conferencias no son más que un medio para designar infieles como árbitros en las tierras del Islam… No existe ninguna solución al problema palestino sino por medio de la Yihad.
Si las iniciativas de paz y las soluciones pacíficas contradicen sus principios, y, además,la solución es por medio de la Yihad, es de suponer que lo que Hamas entiende por Yihad es la guerra.
Por su parte, el diario argentino La Nación, al informar sobre estas mismas declaraciones puntualizaba que quien las realizaba era el líder del grupo extremista Hamas. Esta información era, además,puesta en contexto con un artículo titulado Un cohete proveniente de la Franja de Gaza impacta en Tel Aviv que, en su primer párrafo, comunicaba:
La nueva escalada de violencia que se desató ayer en la Franja de Gaza por los indiscriminados ataques lanzados por el grupo extremista Hamas y que provocó la respuesta de Israel con la muerte de uno de los jefes militares de la organización extremista,se reactivó esta mañana con nuevas caídas de misiles en el Estado hebreo, particularmente en la ciudad de Tel Aviv.
Es saludable preguntarse si es ético que una agencia de noticias sirva como vehículo de la narrativa del odio de un grupo terrorista. Y, también, ¿dónde termina la información y comienza la apología?