La visita del jefe de Estado de Qatar, el jeque Hamad bin Jalifa al Thani a la franja de Gaza fue recogida por una gran cantidad de medios de comunicación de referencia, entre ellos, los siguientes:
Milenio: ‘Emir de Qatar concluye primera visita de un jefe de Estado a Gaza desde 2007′
Abc: ‘El emir de Qatar, primer jefe de Estado que visita Gaza desde que gobierna Hamás’
El Mundo: Hamás declara el fin de su aislamiento tras la histórica visita del emir de Qatar
El País: El emir de Qatar realiza un histórico viaje a Gaza para ‘romper’ el bloqueo israelí
La Tercera: ‘El emir de Qatar se convierte en el primer líder árabe que visita Gaza desde 2007′
Es evidente que la visita de un jefe de Estado a Gaza constituye un hecho histórico, pues ningún otro ha visitado el territorio controlado por Hamás, que es considerada una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
Pero la tergiversación del mensaje de la visita del emir qatarí que han hecho los principales medios provoca varias dudas respecto a la imparcialidad de la cobertura, el contexto informativo y la calidad de la información.
La mayoría de las notas se centraron en anunciar la visita como un hecho histórico, en destacar que el motivo de la visita fue la inauguración de proyectos inmobiliarios en Gaza, financiados por Qatar y en retratar la gran alegría vivida por los líderes de Hamás y del propio emir. Sin embargo, ni una palabra de violencia. El término “terrorismo” no se encuentra en ninguna de las fuentes arriba citadas, ni siquiera una sola vez.
Hamás, el gran ganador
El emir fue recibido por Ismayil Haniye, el líder de Hamás en Gaza. Y, aunque desde la subida al poder de los Hermanos Musulmanes en Egipto los habitantes de la franja pueden acceder a todo tipo de mercancías provenientes de Egipto, Hamás no dudó en aprovechar la visita del emir para acusar a Israel de imponer un bloqueo y, posteriormente, para lanzar más de 80 cohetes contra las poblaciones del sur de Israel, que culminaron con al menos cuatro israelíes heridos, dos de ellos de gravedad.
El Mundo publicó:
“‘Mediante esta visita declaramos la ruptura de un bloqueo injusto’, dijo Haniye ante el complejo inmobiliario sufragado con dinero catarí en Gaza”.
Así, Hamás ha resultado el gran ganador en la cobertura de la visita del emir. Ismail Haniye, líder de la organización terrorista, es asociado con el término “primer ministro” o “bloqueo israelí”, pero no con “terrorismo”, “golpe de Estado” o “gobierno ilegítimo”.
El diario La Vanguardia publicó una entrevista a Riad el Malki, ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, el 15 de enero de 2009, donde el propio funcionario aseguró:
“Hamas es una fuerza política palestina, tiene una representación social, ganó las elecciones en el 2006 y, por tanto, tiene una representación política y apoyo popular. Eso tiene que ser reconocido. Ellos deben formar parte del consenso político palestino y del sistema político palestino. Así empezaron, pero luego, mediante el golpe de Estado contra la ANP en Gaza en el 2007, crearon una entidad paralela a la ya existente”.
Rechazo palestino
La mayoría de medios ha obviado que la visita del emir es un espaldarazo para la causa palestina, sin embargo, casi ninguno ha señalado que la propia Autoridad Nacional Palestina (ANP) encabezada por Al Fatah, la institución que representa a la mayoría de los palestinos, repudió la visita del emir qatarí a Gaza. ¿Por qué darle la palabra a Mahmoud Abbas, presidente de la ANP cuando lanza campañas en la ONU, pero ignorarlo cuando el emir de Qatar visita Gaza?
Sólo el diario El Mundo hizo mención a la reacción de la ANP:
“El apoyo sin fisuras de un destacado actor regional a una de ellas [facciones palestinas] solo contribuirá a profundizar la división palestina, según un comunicado emitido por el Frente Popular para la Liberación de Palestina”.
Financiación del terrorismo
Durante su visita a Gaza, el emir de Qatar inauguró proyectos cuyo valor asciende a 250 millones de dólares. Pero, además, anunció un nuevo financiamiento para Hamás por otros 400 millones.
Pero, ¿acaso Hamás no es una organización terrorista como Al Qaeda? ¿Acaso no está prohibida la financiación del terrorismo? La propia Carta de las Naciones Unidas afirma que armar a una “milicia” en un país extranjero constituye un acto de fuerza y, por lo tanto, está prohibido (la resolución 1373 del Consejo de Seguridad puntualiza sobre la financiación del terrorismo y la legítima defensa). Este hecho justifica, al menos en teoría, el ejercicio de legítima defensa enunciado en el artículo 51 de la Carta. En otras palabras, que Hamás reciba dinero sin tener control sobre el destino de esos fondos por parte de la comunidad internacional constituye un acto de fuerza por parte de quien provee los fondos y justifica los ataques israelíes al liderazgo de Hamás.
Por otra parte, hay que señalar también que prácticamente ningún medio de comunicación señaló que, al ser reconocida como una organización terrorista tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea, aportar medios económicos a los dirigentes de Hamás simplemente es un delito. El motivo no es otro que el destino incierto de esos fondos: ¿Serán utilizados para armar a terroristas suicidas, lanzar cohetes contra civiles o atentados terroristas? La respuesta sólo la tiene Ismayil Haniye, líder de Hamás en Gaza, quien ha sido nombrado en varios medios como el “primer ministro del Gobierno de Hamás en Gaza”.
Paradojas
La tendencia de los medios es utilizar la denominación de “primer ministro del Gobierno”, para referirse al líder de una organización terrorista reconocida como tal por Estados Unidos y la Unión Europea. Equiparar a Osama Bin Laden con el presidente de Estados Unidos no tiene cabida. ¿Por qué entonces los medios señalan a Ismail Haniye como un gobernante legítimo?
Hamás, para los medios, es un “Gobierno”, no una organización terrorista que se hizo con el control de Gaza por la fuerza en 2007 y a costa de la sangre de los propios palestinos.
“Romper el bloqueo” israelí sobre Gaza es el mensaje del líder de Hamás. Los medios lo reproducen sin cortapisas, a pesar de que el bloqueo es legítimo, según el derecho y la comunidad internacional.
Hamás es una “fuente de información”, mientras que Israel o, en este caso, incluso la ANP son ignorados de forma sistemática en las notas sobre este acontecimiento.
La apología al terrorismo es un delito perseguido en Occidente, pero la donación de fondos millonarios a una organización terrorista no evoca ni el menor atisbo de crítica o sospecha por parte de los periodistas y medios de comunicación de referencia.