La agencia de noticias Europa Press publicó un artículo el 23 de octubre de 2012 donde se ofrece una mirada parcial y errónea de la realidad de Jerusalén.
En el primer párrafo, la agencia indica que:
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha defendido el derecho’ de su Gobierno a construir viviendas en todas las áreas de Jerusalén durante una visita al asentamiento de Gilo, situado más allá de la ‘línea verde’ que separa la parte judía de la palestina.
La línea verde no separa la parte judía de la palestina, sino que era la línea de armisticio entre Jordania e Israel a la finalización de la guerra de agresión por parte de una coalición de ejércitos árabes que abortaron la partición del Mandato Británicoen 1948 (Resolución 181de la Asamblea General de la ONU, del 29 de noviembre de 1947).
Además, en la parte III de dicha resolución, que trata de la Ciudad de Jerusalén, se especifica:
La Ciudad de Jerusalén se establecerá como un corpus separatum bajo un régimen internacional especial y será administrada por las Naciones Unidas. El Consejo de Administración será designado para desempeñar las responsabilidades de la Autoridad Administrativa en nombre de las Naciones Unidas.
Es decir, la ciudad no formaría parte ni del estado judío ni del estado árabe proyectados (véase el artículo Jerusalén: un acercamiento legal de ReVista).
Pero no sólo Jerusalén pasaría a poseer ese régimen especial, sino también Belén. Un dato nada despreciable que parece haber quedado olvidado, ya que se acepta naturalmente que pase a formar parte de un futuro estado palestino.
Europa Press pasa entoncesa localizar a Gilo en Jerusalén Este (luego de haber denimnado al barrio judío como asentamiento), por el mero hecho de situarse del otro lado de la Línea Verde:
Es nuestro país y seguiremos respaldando la construcción en Jerusalén’, ha subrayado Netanyahu, en la semana posterior a que su Gobierno anunciase la creación de 800 nuevas viviendas en Gilo, localizado en Jerusalén Este.
Para comenzar, Gilo no es un asentamiento, como sostiene la agencia de noticias en su primer párrafo (véase el articulo de ReVista del 10/11/2010). De hecho, el Washington Post, a instancias de un pedido de rectificación de CAMERA, corrigió una crónica del 16 de julio de 2009:
Un artículo del 26 de junio, de la sección A se refería a Gilo como un asentamiento judío. Es un barrio judío construido en tierra capturada en la guerra árabe-israelí de 1967 y anexionado a Israel como parte de la expansión de los límites municipales de Jerusalén. Las Naciones Unidas no han reconocido la anexión.
Es más, un artículo (18/11/2009) de la analista de CAMERA Tamar Sternthal, reproduce una corrección del diario New York Times del 5 de junio de 2002:
Corrección (6/5/02): Un artículo del Miércoles pasado sobre el conflicto palestino-israelí localizó erróneamente a Gilo, un barrio judío construido en territorio capturado por Israel en la guerra de 1967. [Gilo] Está en el sur de Jerusalén, no en Jerusalén Este.
Ahora es el momento de avanzar la postura palestina:
El primer ministro ha resaltado al visitar este asentamiento que un Jerusalén unido es la capital eterna de Israel‘, según informa el periódico ‘Jerusalem Post’.Tenemos todo el derecho a construir. Hemos construido y seguiremos construyendo en Jerusalén’, ha añadido, desoyendo a quienes –como la Unión Europea y la ONU– piden a su Ejecutivo que se abstenga de aprobar nuevas obras en los territorios ocupados durante la guerra de 1967.
La visión israelí contrasta con la de la Autoridad Palestina, que reclama insistentemente la creación de un Estado propio para Cisjordania y la Franja de Gaza en base a las fronteras previas a 1967. Los palestinos han propuesto que Jerusalén Este sea la capital de este Estado.
¿Por qué la postura palestina no requiere comillas? ¿Por qué no se menciona ninguno de los puntos de vista detallados hasta ahora en este artículo como contrapeso de la posición palestina?
Así, ¿cuál es la realidad, más allá de la visión de la Autoridad Palestina?
Para comenzar, no existían fronteras antes de 1967, era una línea de armisticio que marcaba las posiciones de los dos ejércitos al finalizar la guerra. Dore Gold, presidente del Jerusalem Center for Public Affairs, dice que de hecho, el artículo II del armisticio con los jordanos especifica explícitamente que el acuerdo no compromete ninguna reivindicación territorial futura por parte de las partes, ya que había sido dictada exclusivamente por consideraciones militares. En otras palabras, la línea de armisticio no era una frontera internacionalmente reconocida.
Además, según Barry Rubin, en un ensayo que forma parte del libro The Middle East Enters the Twenty-first Century (editado por Robert O. Freedman):
… durante el período 1948-1967, el lado árabe nunca consideró implementar la solución de los dos estados, transformando de Cisjordania (bajo control jordano) y la Franja de Gaza (controlada por Egipto) en un estado palestino
Es más, cuando se pretende aplicar la Resolución 242 de la ONU a Jerusalén, nuevamente surge una contradicción: dicha resolución no menciona a Jerusalén. Por otra parte, la resolución habla de retirada de territorios no de los territorios – a fronteras seguras y reconocidas. Y, por si quedara alguna duda al respecto, Nadav Shragai reproduce en un artículoun escrito del embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas en 1967, Arthur Goldberg:
Nunca describí a Jerusalén como un área ocupada…La Resolución 242 no se refiere a Jerusalén en modo alguno, y su omisión fue deliberada.
Cabe resaltar que tampoco no menciona en ningún momento a los palestinos en la Resolución 242.
A modo de conclusiónSir Elihu Lauterpacht, académico británico especialista en Derecho Internacional (Jerusalem and the Holy Places), parte de la base de la clara ilegalidad de las hostilidades iniciadas por Jordania contra Israel, de la plena legalidad de la acción defensiva israelí y de que de los principales objetivos de la ley de la ocupación beligerante procede de una doble asunción:
- Que una soberanía legítima fue expulsada del territorio por el ocupante.
- Que el poder que desposee califica como un ocupante beligerante legal del territorio.
De esto se infiere que si el estado expulsado nunca fue un ocupante legal, mucho menos soberano, la posición israelí tiene más peso. O, como explica Stone:
[Israel] se convierte en un estado con el control legal del territorio respecto del cual ningún otro estado puede presentar un mejor (de hecho ningún) título legal. [Y ya que] la titularidad territorial está basada en una reclamación de validad no absoluta, sino sólo relativa, el resultado parece decisivo en cuanto a Jerusalén Este.
Por su parte, Stephen Schwebel, jurista estadounidense que fue juez de la Corte Internacional de Justicia hace hincapié en la vital distinción entre la toma de un territorio que estaba bajo posesión legal o la toma de un territorio que se poseía de manera ilegal.