El artículo de la corresponsal en Israel del diario El País, Ana Carbajosa, Israel detiene a dos españoles en la operación Bienvenido a Palestina, publicado por el diario el 15 de abril de 2012, presenta algunas incorrecciones que conviene destacar.
Por un lado, el artículo tiene una contextualización selectiva: la periodista describe, de entre todos los participantes de la Flytilla que fueron enviados de regreso, a una mujer española, Teresa Sala, y le parece fundamental subrayar que se trata de una jubilada de 66 años. Sin embargo, no parece importarle tanto explicar cómo llena los días de su jubilación esta señora que ya en el pasado ha protagonizado incluso una huelga de hambre durante su Marcha a Gaza, ni por qué viajaba en una iniciativa que incluía a personajes como Amna Muna, terrorista palestina que fue liberada en el canje por Gilad Shalit, conocida por haber participado en el asesinato del joven israelí de 16 años Ofir Rahum, atrayéndolo a una emboscada a través de internet, además de haber manifestado su excitación al asistir al linchamiento en el año 2000 de dos soldados que se habían extraviado en su camino.
Por otra parte, el artículo presenta una importante contradicción. Escribe Ana Carbajosa:
“Las autoridades israelíes deportaron a Salas, una maestra jubilada de 66 años de vuelta a Alemania a media tarde. Los policías me han llevado en volandas, a la fuerza hasta el avión, cuenta por teléfono desde el aeropuerto de Colonia, donde aterrizó. Cuando dijimos que íbamos a Palestina nos metieron en un furgón policial y de ahí me llevaron al avión de vuelta.
Sin embargo, en el párrafo siguiente se puede leer:
A Maite Santamaría, de la plataforma de apoyo a Palestina de Donostia y procedente de Touluse la interrogaron durante un par de horas y finalmente la dejaron entrar en el país y desde Israel se dirigió a la ciudad cisjordana de Belén, donde se reunieron los activistas de Bienvenido a Palestina. Santamaría no había entrado nunca antes en Israel, explicó en la aduana que su intención era visitar los territorios palestinos, como habían quedado todos los activistas. Cuando la gente va a los territorios palestinos tiene que mentir y decir que va a Israel a hacer turismo porque si no, no te dejan entrar por Ben Gurión, la única puerta de entrada al país. Por eso, nuestro objetivo es evidenciar que no sólo Gaza está bloqueada, sino toda Palestina también, indica por teléfono Carmen Martí, compañera de organización de Santamaría.
Es decir, el texto asegura en un mismo párrafo que a Maite la dejaron pasar diciendo que iba a Palestina y, sin solución de continuidad, afirman que es imposible pasar diciendo que se va a los territorios. Algo falla.
Parece que la confusión del momento se apoderó del texto de El País, que por un lado no hace demasiado hincapié en explicar quiénes son los protagonistas de la historia, y que por otro lado se contradice a sí mismo.