Un soldado israelí herido en un acto de violencia nacionalista en Jerusalén, titula la agencia EFE su nota del 26 de marzo de 2012 en el que una nueva agresión a un soldado israelí es tildada de violencia nacionalista.
Llama la atención que cada vez que hay un apuñalamiento o un ataque contra un israelí, EFE parece querer suavizarlo a través de distintas “justificaciones”.
Si palestinos asesinan a una familia en Itamar, EFE deja bien claro que han muerto “colonos“. Si una joven es apuñalada en el tranvía, destacan que el tranvía ha sido paralizado, que era una soldado (como si estuviera en el frente de combate o un puesto de control, cuando simplemente estaba viajando en un tranvía.) y que el agresor era un supuesto palestino.
En este caso, un soldado es atacado por palestinos, y EFE habla de violencia nacionalista” e intenta contextualizar la noticia otorgando casi la mitad de su teletipo a hablar de otro ataque contra el ahora bando agresor (esto no sucede cuando la víctima es palestina). Sin embargo, hubiera sido mejor hacerlo con informaciones reales.
Asegura EFE en su intento de justificar el porqué de los acuchillamientos contra soldados israelíes, que:
El pasado lunes, unos 300 hinchas de un equipo de fútbol israelí lincharon a empleados árabes de un centro comercial de la ciudad cercano al estadio.
Según la Real Academia Española, linchar a alguien es Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo. Pero no existió tal linchamiento. Nadie fue ejecutado. La agencia AFP, haciéndose eco de la investigación abierta en Israel para sancionar al club por lo sucedido, explicaba:
Según algunos testigos, cientos de seguidores del Beitar invadieron el centro comercial gritando “muerte a los árabes” y agrediendo al personal de limpieza.
Por muy reprobable que sea, eso no es un linchamiento.
Además, el mismo diario Haaretz, al que EFE cita para apoyar sus fines informativos, explicó en un reciente artículo que los agresores no fueron 300, sino 40.
Por otra parte, no se puede poner en la misma balanza un ataque racista de seguidores de un club de fútbol, con un apuñalamiento contra un soldado que caminaba por la calle. El primero es un caso concreto, enmarcado por la violencia en el deporte, en la que el racismo supone un importante componente. Sucede con el Beitar de Israel, como con los Ultra Sur del Real Madrid, los Boixos Nois del Barça, las Barras Bravas argentinas o los hooligans ingleses.