A medida que los levantamientos en los países islámicos se van sucediendo, los medios de comunicación de habla hispana van cambiando su foco de atención y parecen olvidar los segundos episodios de estos cambios. Tal vez por su premura en aplaudirlos, o por sus generosas adjetivaciones al respecto (revueltas pacíficas, la revolución de la libertad, etc… ), los periodistas parecen pensar que nunca segundas partes fueron buenas y prefieren ocultarlas, antes de enfrentarse a una realidad más incómoda que la que en una primera etapa nos dibujaron.
Por ello, es especialmente destacable la labor de lainformacion.com que se hacía eco del artículo de Jon Jensen, corresponsal del Global Post, en el que el autor aproximaba a sus lectores a la incertidumbre que atraviesan en estos momentos los judíos de Túnez.
Con la celebración de Pesaj como telón de fondo, el periodista plasma en su artículo algunas de las inquietudes de la minoría judía en el país que inició esta llamada ola de cambio. Aunque hace hincapié en la inestabilidad económica debido al descenso del turismo en la isla de Djerba, trasciende especialmente una sensación de inseguridad ante un posible ascenso del liderazgo islamista que altere drásticamente las leyes del secular estado del norte de África.
La crónica no juzga ni se adentra en análisis de fondo, sino que se limita a mostrar la situación de los judíos y aporta las dos lecturas existentes frente a su futuro incierto. Así, Jensen por un lado reporta:
“Definitivamente estamos asustados ante la idea de lo que podría suponer que Al-Nahda llegue al poder. Me preocupa que puedan cambiar muchas de las cosas que hay ahora”, explica Gabriel Attea, que ya ha trasladado a su familia desde Djerba a París.
Y por otro, no deja de señalar que:
Pero no todos los judíos de Djerba están tan preocupados por el futuro.
Mikhail Madar, un panadero rabino convertido, dirige una de las mayores panaderías de Djerba que comercializa el tradicional matza hecho a mano, una especie de pan plano similar a una galleta que se come durante la fiesta judía de la Pascua.
A pesar de que su hermano ya ha dejado Túnez para irse a Israel, Madar asegura que nunca dejaría Djerba: Esta isla siempre ha sido mi hogar durante siglos y seguirá siendo mi casa”.
Sin embargo, cabe destacar algunas omisiones por parte del periodista del Global Post, quien reporta que según la agencia oficial de noticias de Túnez (TAP), las autoridades tunecinas acusan a Israel de “empañar la imagen de la post Revolución de Túnez y despertar sospechas sobre la seguridad del país, su economía y su estabilidad”.
Al respecto, no menciona Jensen un episodio esencial a la hora de comprender lo que puede estar sintiendo esa minoría judía de Túnez: y es que a principios de febrero, en plenas revueltas, una sinagoga fue atacada en la ciudad de Ghabes. Si sumamos a este hecho el que ya hace unos años otra sinagoga fue víctima de un ataque terrorista y a la sensación de descontrol reinante, probablemente podamos comprender mejor el porqué de la necesidad que sienten algunos judíos de marcharse.
Precisamente Jensen explica que
Para los judíos que están esperando salir del país, el gobierno israelí está tratando de facilitarles las cosas.
Después de la revolución de Túnez, Tel Aviv ofrece varios incentivos financieros para la inmigración de cualquier judío que viva en Túnez.
Es interesante observar cómo en artículos desprovistos de ensañamiento alguno contra Israel, se pueden colar pese a todo afirmaciones falsas que terminan desinformando al lector. En este caso, Jensen sitúa a Tel Aviv como centro de toma de decisiones del país, en consonancia con un posicionamiento que convierte a Israel en el único país del mundo a quien se le niega situar su capital donde desea. El hecho es que todos los organismos oficiales se encuentran en Jerusalén, que es y siempre ha sido la verdadera capital de Israel.
Si el periodista hubiera querido evitar entrar en la polémica, le bastaba con no mencionar la ciudad. En el momento de afirmar que es Tel Aviv, Jensen toma partido en el debate y ofrece una verdad a medias.
A pesar de esas desinformaciones provenientes de la fuente original, es destacable la labor de lainformacion.com que ha decidido ofrecer a sus lectores una traducción de dicho artículo, cumpliendo con su labor periodística y acercándolos así a una realidad más amplia, que otros medios hispanos ignoran sistemáticamente.